Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

LOS TEXTOS DEL NÁUFRAGO

Literatura y Box: un amoroso combate
 

Por Ulises Paniagua

Febrero 2024

Imagen: IA

 

Julio Cortázar comentó alguna vez, para resaltar la diferencia entre dos grandes géneros literarios: “La novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out”. Una frase citada en múltiples talleres literarios gracias a su precisión metafórica. Al respecto, hace poco este humilde escritor anotaba que si el cuento gana por knock-out, entonces una buena minificción es el knock-out mismo. Al estilo del Mike Tyson de los mejores tiempos, una minificción debe derrumbar al lector en los tres primeros segundos del primer asalto.

De cómo la humanidad y los intelectuales se han vuelto idiotas

Por Ulises Paniagua

Enero 2024

 

Imagen:Cortesia del ilustrador Basurita Blanca

Cover the earth, CCUT

 

 

Hace poco tiempo volví a ver la película No mires arriba (Don’t Look Up), de Adam McKay, una verdadera y acertada sátira sobre la estupidez humana. En la cinta, un astrónomo con doctorado, y una aspirante al mismo (protagonizados por Leonardo Di Caprio y Jennifer Lawrence), intentan advertir a la humanidad sobre el inminente impacto en la Tierra de un meteoro de entre 6 y 9 kms de diámetro.

El lado B de la cultura, volumen dos / Un delicioso anecdotario, de Julia Santibáñez, sobre la cultura nacional.

 

Por: Ulises Paniagua

Enero 2024

 

Dicta el rumor popular que segundas partes nunca fueron buenas, pero hay, dentro de esta perspectiva, excepciones notables. Entre éstas debe contarse, desde luego, el libro que reúne una estupenda serie de crónicas artísticas, El lado B de la cultura, en su volumen 2. Se trata de la entrega, a manos de la escritora mexicana Julia Santibáñez, de un segundo y delicioso anecdotario que corresponde a “Bravías, parranda y pura cosa linda en el México del siglo XX”. El libro es la continuación de una “sabrosura” y, por lo tanto, es la “sabrosura” misma.

El último naufragio. Un feliz adiós hacia ningún rumbo

Por Ulises Paniagua

Junio 2022

 

Este artículo es humo, despedida, una muestra de gratitud. Habla sobre todo y sobre nada (como debería hacerlo cualquier artículo que se precie de contemporáneo). Aborda la nulidad de lo general y lo fútil de lo particular. Es, a su vez, un breve adiós hacia las lectoras y los lectores de esta columna (si es que los hay). Es un texto extraño porque aborda lo que no existe, lo que ni se palpa y apenas se nombra; aquello invisible, improbable; lo que no se escribirá jamás. Es un texto acerca de lo que pudo ser y que no quedará en ningún libro, en una revista. Es un memorial del olvido, el último de los naufragios en un océano donde no cruzan otras embarcaciones. Un naufragio en solitario. Me despido de esta columna con alegría, es el cierre de un luminoso ciclo de poco más de dos años. Escribir siendo un marinero al borde de la catástrofe ha resultado una experiencia maravillosa (fueron más de veinticuatro meses de atracar en puertos lejanos, de arribar a literarias islas exóticas y sensoriales). Se ha hablado aquí de cine, de libros, de alcohol, de drogas, de golpeadores vergonzosos, de talleres literarios, de semblanzas, de poesía sin palabras, y de monstruos. Ya lo dije: de todo y de nada. Fui un bucanero que se adueña del timón de los sueños ebrios. Navegué, incluso, hasta la luna. Hoy concluye el viaje. Me quedo inmóvil en medio del plácido ritmo de las olas. Habrá, no obstante, algunos movimientos en las aguas, porque si bien no seguiré publicando artículos, Revista Anestesia continuará brindado otros tantos de mis poemas y cuentos.

Literatura y Jazz

 

Por Ulises Paniagua

Mayo 2022

 

 

“El rock es una piscina. El jazz es todo un océano”

Carlos Santana

 

“La Dolorosa me dijo que la palabra jazz proviene de un vocablo africano, y significa hacer el amor. Ella me hablaba de música mientras apoyaba su cabeza sobre mi hombro, medio recostada en el sofá. Sonreía al notar mi turbación. No me intimidaba estar a su lado. Yo le había caído al ensayo del cuarteto porque Itchie me invitó, me dijo va a estar chido, Didi, me alcanzas en el depa, y te presento a la Dolorosa.”  

Así, con estas líneas inicia uno de los capítulos de mi novela “La ira del sapo”, publicada en el año 2015 y reeditada tres años después. En los días en que creaba aquel libro (tanto como en los días en que comparto este texto) me inspiraba el amor al jazz. Lo escucho casi todos los días, algunas veces teniendo claro el nombre de la banda, de la o el artista que canta o toca; algunas otras veces por el placer de oír algo delicioso, desconociendo quién interpreta la pieza. Amo los libros tanto como amo “Almost blue”, de Chet Baker. Me vuelan la cabeza las transgresiones literarias de James Joyce del mismo modo que las improvisaciones de Miles Davis; encuentro una gran nobleza, profundidad y elegancia en los poemas de Emilly Dickinson, de la manera en que hallo lo mismo en la voz de Sarah Vaughan. La literatura de Anne Sexton, Sylvia Plath y Rosario Castellanos me resultan femeninamente necesarias, tanto como las canciones de Nina Simone.

Alephsofía: Hacer a Sócrates en el Siglo XXI

 

Por Ulises Paniagua

Marzo 2022

 

Habría que imaginar qué ocurriría si Sócrates hubiese nacido en pleno siglo XXI. Tendríamos que suponer, para volver el asunto más interesante y complejo, que Sócrates fuese mujer. Es decir, una Sócrates en lugar de un “él”. Agreguemos que esta -chica no mayor de cincuenta años- fundara una corriente de pensamiento ajena a cualquier tradición; una forma distinta que no persiguiera un desfile de teorías y nombres que, por muchas razones, pudieran resultarle anacrónicos, misóginos o excluyentes: idealismo, fenomenología, ontología, Kant, Schopenhauer, Nietzsche, Hegel (notemos que en esta lista no aparece un nombre femenino, y que muchos de estos autores depreciaban las capacidades intelectuales de las féminas y las feministas). Por último, pensemos que esta Sócrates se sitúa en medio de una hipermoderna realidad o irrealidad, según el punto de vista, un mundo ambiguo, de humo y líquido (tendré que citar a Bauman, sin remedio) donde la gente vive a la par tres vidas: la virtual, la física y la imaginaria que, de manera colectiva, liga a ambas. Esto es, la vida de quien la gente cree ser en su casa y en las calles; la de quien finge ser en la virtualidad; y la de quien realmente es, a juicio de los otros, dentro de la materialidad y la nube de fotografías, videos y datos que es la red.

Acerca del estado del cuento en la azarosa actualidad del siglo XXI

 

Por Ulises Paniagua

Febrero 2022

 

Comparto una serie de reflexiones acerca del estado literario del cuento. Se trata de quince puntos específicos que espero puedan contribuir, de algún modo, a resolver ciertas dudas o, en su defecto, a expandir preguntas múltiples acerca de este género tan bello, profundo y misterioso. Que los lectores salven a nuestro querido cuento, durante largos años:

 

  1. Un cuento moderno o posmoderno es una narración breve, espléndida, continua, fresca, llena de vitalidad; aunque no mínima. Posee ante todo unidad, se puede y se debe leer, como diría Allan Poe, en una sola sesión, sin distracciones mayores durante el hilo conductor de la trama. En el cuento lo más importante no son los personajes o su psicología, sino el evento. El “hecho”, es decir, “lo que ocurre”, es la base del relato, ya sea este realista o ficticio. Suele y debe ir a asociado al asombro, o al menos a un profundo interés por los misterios del universo, o al menos de la condición humana.

Memoria íntima de los libros

Por Ulises Paniagua

Enero 2022


Amo los libros: ellos resguardan la memoria. No sólo la colectiva, que se transmite por generaciones, sino la memoria personal, la memoria íntima. Hay libros de los que recuerdo perfectamente el lugar y la hora en que los leí. Tal vez no la fecha, porque es casi imposible tanta precisión, aunque sí la nitidez de las sensaciones que experimenté ante las páginas.

            “El almuerzo desnudo”, de William S. Burroughs, lo leí en mi primer viaje a Cuba, allá en el remoto 2004. Tengo presente la memoria de cuando me senté en una banca, sobre el prado del Hotel Nacional, para dejar impresionar a mi entendimiento con la innovación de la técnica del cut up de esa novela. Me parece percibir, incluso, la brisa, los matices de un atardecer rojizo, la presencia del mar, con toda su frescura, en el malecón.

Por Ulises Paniagua

Diciembre 2021

 

En mi primera novela “La ira del sapo”, publicada en el ya remoto año 2016 (año prepandemia), uno de los personajes confiesa a otro:

 

“Mira, ubica cualquier punto en el contorno del círculo. Escoge el que quieras. Ahora imagina que tras él vienen un montón de puntos que intentan alcanzarlo. Es frustrante. Los demás siempre intentan acercarse, pero jamás lo consiguen; pero no sólo eso, sino que el mismo punto se pasa la vida persiguiendo al resto. Lo peor es esto, fíjate bien: sucede que tanto el que persigue y los que lo persiguen, es decir, los otros, piensan que avanzan, que van delante de todos, y continúan un camino definido, como si tuvieran una meta. Sin embargo, están condenados al encierro, al movimiento eterno…Así me siento yo…persiguiendo la nada todo el tiempo”.

 

Al releer este párrafo descubro mi antiguo interés en los temas y las historias circulares; en los cuentos, los argumentos, las novelas y las películas donde se parte de un sitio para llegar, al final del recorrido, al inicio. Es un asunto que me ha intrigado en más de una ocasión, y que goza hoy de mi preferencia dentro de la diversidad de los misterios narrativos.

Matamos lo que amamos. Relaciones tóxicas en el cine y la literatura

 

 

Imagen: Verónica Fernández

Por Ulises Paniagua

Noviembre 2021

 

 

Confieso que la película “Diario de una pasión” me ha hecho llorar más de una vez. El mismo efecto causaron en mí “Los puentes de Madison”, de Clin Eastwood. Por su parte, la despedida de Ingrid Bergman y Humphery Bogart en el aeropuerto, dentro de la escena final de “Casablanca”, me genera una ligera depresión, y un tono de decadencia que me incita a beber un whisky mientras escucho “Times goes by” una y otra y otra vez. Es vergonzosa mi confesión, pero es verdadera.

            Sucede que los que se quieren con hondura, los que de verdad se aman, no deberían separarse jamás, por ningún motivo. Encontrar amores verdaderos en la era de lo líquido (cito a Bauman), es tan difícil como hallar un personaje íntegro dentro de la política, o un gramo de oro en una playa de humo.

El monstruo en el cine y la literatura en el siglo XXI

 

Imagen:  Verónica Fernández

 

Por Ulises Paniagua

Octubre 2021

 

 

¿Qué es un monstruo? Una imperfección, una amenaza, aquello que es ajeno. Un monstruo es el reflejo de los miedos, de la violencia oculta bajo nuestros rostros; es la exposición de la desconfianza o la oscuridad que acecha. Es la naturaleza que amenaza con el exterminio como especie, cual justo castigo; la purga social autoinfligida, el arrasamiento implementado por políticos insanos. El monstruo es una metáfora que cobra presencia material, o al menos un carácter posible en su aparente invisibilidad.

De golpeadores de mujeres y paternidades no reconocidas en la Historia del Cine y la Literatura

 

Septiembre 2021

Por Ulises Paniagua

 

Hay que diferenciar entre la obra y el creador para no hacer de la historia universal un carnaval de maledicencias y rumores. Es cierto. Esto es necesario porque, de lo contrario, la literatura y el arte terminarían convertidos en una larga lista de actos inconfesables en medio de un intenso chismerío.

Aunque una buena dosis de teoría feminista y nuevas masculinidades (a las que suscribo) dan cuenta de lo difícil que es pasar por alto la patanería de un poeta ante la belleza de su poema. Sobre todo, en el caso de un autor nacido a fines del siglo XX e inicios del XXI. Es un tema complejo. Sucede que las páginas de los libros, al igual que ocurre en las escenas del celuloide, se contaminan por las impurezas de sus autores.

¿Deberíamos reparar en ello? La perfección humana no existe ni tiene porque perseguirse; además, si ahondáramos en la vida de muchas autoras, en sus relaciones como hijas, esposas o madres, encontraríamos también sorpresas desagradables. Los creadores están condenados a la imperfección, estamos condenados a ella todos los seres humanos: ingenieros, contadoras, estilistas, abogados, ejecutivas.

Cómo escribir una semblanza literaria sin morir en el intento

 

Por Ulises Paniagua

Julio 2021

 

 

Una semblanza literaria debiera ser, con precisión, el resumen de una trayectoria. Un texto claro y puntual sobre los méritos en el campo de las letras de cualquier autor, no importa su origen ni temperamento.

Sin embargo, una semblanza, por motivos de la prisa posmoderna o hipermoderna (quién sabe qué etapa histórica vivimos), suele ser escrita por el propio representado, y por lo tanto corre el riesgo manifiesto de convertirse en un elogio hacia sí mismo. Un autoelogio. por su parte, es peligroso por muchas razones. Y es aquí donde enfrentamos el problema que nos incumbe: porque redactar una ficha curricular personal implica sin duda una labor titánica, o en todo caso confusa.

 

Falso elogio de los talleres literarios

 

Por Ulises Paniagua

Junio 2021

 

¿Qué es un taller literario? ¿Una condena insufrible a la que se recurre por masoquismo? ¿La promesa del texto perfecto, ese que no llegará jamás? ¿Una reunión delirante de esquizofrénicos, neuróticos o paranoicos que semejan un grupo de autoayuda cultural ante la crueldad del capitalismo salvaje de este mundo? ¿Una especie de cofradía comandada por un líder extraño, al estilo de Tyler Durden en “El club de la pelea”?

            Escribir es delirar. Escribir es pensar y disfrutar. Pero someterse a un taller literario puede convertirse en un acto de autoreclusión en la celda inquisitorial más oscura. Dice Alfonso Reyes que el único objetivo de publicar un libro es no pasarse la vida rescribiéndolo. Dice bien. El taller literario, en teoría, debería ejercer el poder superlativo de la limpidez: el texto debiera salir purificado, resuelto, después de una sesión de críticas constructivas, comentarios distraídos y escasas malas intenciones.

Poesía y filosofía sin lenguaje

(o de cómo el mundo no se hace sólo con palabras)

 

Por Ulises Paniagua

Abril 2021

 

Durante el siglo XX, poetas y filósofos centralizaron en la palabra la concepción del mundo y sus representaciones. Para ellos, las cosas y los fenómenos nacían solo en el momento en que eran nombrados. Las cosas para ellos no son, hasta no ser invocadas, y de preferencia escritas.

Crónicas del delirio. Viajes a la luna en el cine y la literatura

 

Por Ulises Paniagua

Marzo 2021

 

Escribo, por tanto, sobre cosas que jamás vi, traté o aprendí de otros, que no existen en absoluto ni por principio pueden existir. Por ello, mis lectores no deberán prestarles fe alguna.
Luciano de Samosata
 

 

La luna es el deseo, la simbología de un anhelo, la transparencia celeste de los enamorados. La luna ha sido de queso; se convirtió durante algún tiempo en la morada de los extraterrestres; es el conejo que los prehispánicos arrojaron al cielo -según una hermosa leyenda originaria-. La luna es la hija y la novia de la Tierra; el lugar al que se asciende por las noches, en secreto, con una escalera; es la madre de los gitanos.

 

 

Los textos del naúfrago”, de Ulises Paniagua, es un espacio que aborda dos de las bellas artes: la literatura y el cine, en su relación con otros muchos asuntos de carácter general. “Los textos del naúfrago” es una columna que instigará, sin duda, tu interés en temas que no sabías que pudieran importarte, y que buscará despertar, antes que nada, tu asombro.

Ulises Paniagua 

 

Por Ulises Paniagua

Febrero 2021

 Abro el libro. Se titula, digamos, “Intriga en el barrio sórdido”. Con gran expectación espero una trama magistral, una serie de giros criminalísticos y forenses dentro de un submundo inquietante; aguardo un universo clandestino que reproduzca una visión que me es ajena y cercana, a la par.

 

 

 

 

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Por Ulises Paniagua

16 Enero 2021

 

Algunos de los recuerdos más hermosos de mi vida están asociados con el placer de trotar. Correr me ha ayudado a meditar; me resolvió incluso ciertos problemas personales; me permitió de vez en vez encontrar la solución a un cuento o un poema que no parecían tener salida. Mis piernas y mi mente trabajaron entonces de forma asociada: un verdadero equipo orgánico. El cuerpo es un misterio. También es un milagro científico de la naturaleza (si los positivistas y los religiosos me permiten tan aventurada expresión). Seguir leyendo…

 

Por Ulises Paniagua

16 Enero 2021

 

Algunos de los recuerdos más hermosos de mi vida están asociados con el placer de trotar. Correr me ha ayudado a meditar; me resolvió incluso ciertos problemas personales; me permitió de vez en vez encontrar la solución a un cuento o un poema que no parecían tener salida. Mis piernas y mi mente trabajaron entonces de forma asociada: un verdadero equipo orgánico. El cuerpo es un misterio. También es un milagro científico de la naturaleza (si los positivistas y los religiosos me permiten tan aventurada expresión). Seguir leyendo…

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Pase usted por unos tragos

(Cantinas y bares de la Ciudad de México)

 

Por Ulises Paniagua

16 diciembre 2020

. Las cantinas en la Ciudad de México, como las conocemos, no han existido siempre. La calle de Regina o la colonia Condesa, por ejemplo, no fueron corredores hípster, llenos de paisajes etílicos en siglos anteriores por supuesto. En Tenochtitlan beber pulque era permitido para los adultos en celebraciones especiales, pero los jóvenes no debían acercarse a “la bebida de los dioses” bajo pena de castigos terribles. Aun así, los jóvenes se las arreglarían para probar uno que otro “curado” a escondidas, seguro.Seguir leyendo…

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Por Ulises Paniagua

16 Noviembre 2020

 

¿Para qué sirve la poesía? Es una pregunta que se escucha con frecuencia en los ecos que arrastran los pasillos literarios y los no tan literarios. Jorge Luis Borges, preclaro, hace una reflexión brillante al respecto: ¿Para qué sirve la poesía?… “¿Para qué sirve un amanecer? ¿Para qué sirven las caricias? ¿Para qué sirve el olor del café?… ¿Para qué sirve la muerte?”.

Si consideramos que la cultura no es más que una ficción ideada por el hombre, ningún objeto o concepción sirve en realidad. Ninguno. Un billete “vale” únicamente desde el momento en que la gente cree en su valor. Seguir leyendo…

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El encanto que despiertan las bibliotecas personales 

Por Ulises Paniagua

16 Octubre 2020

Una biblioteca puede ser una autobiografía. Por ello, hay que procurarla.

Jorge Luis Borges —sabio como era su costumbre— comentó alguna vez que “ordenar bibliotecas es ejercer, de un modo silencioso y modesto, el arte de la crítica.” Es cierto: cuando uno elige libros para colocarlos en las repisas debe decidir el mejor método para ello. Se puede demostrar superficialidad al acomodarlos por color o tamaño, por ejemplo; o bien, se acude a una organización literaria para alinear los tomos por orden alfabético, o bien, es posible conjuntarlos bajo el criterio de pertenecer a un único sello editorial. Seguir leyendo…

 

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Por Ulises Paniagua

16 Septiembre 2020

El futbol es pasión, es identidad; es experiencia estética, sueño, e incluso memoria. El futbol es un extenso libro comunitario. Como cualquier espectáculo, en ocasiones este deporte se ha convertido en melodrama (basta preguntar a los hinchas cruzazulinos, a los fans del Atlético de Madrid, a los seguidores de la selección mexicana). Seguir leyendo…

 

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Por Ulises Paniagua

16 Agosto 2020

Insultar es un arte. Es decir, soltar cualquier improperio “verdulero” (como la burguesía puritana nombra a ciertas expresiones populares) es sano, muchas veces reconfortante. El insulto es una válvula de escape ante la presión cotidiana. Es, bajo ciertas circunstancias, un mecanismo de defensa. Desde luego, no se debe abusar de él; mucho menos ejercerlo con la ruin intención de menospreciar a los demás a cada oportunidad. Un buen insulto es “tiempista”, certero; debe aparecer como un alumbramiento. Seguir leyendo…

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Por Ulises Paniagua

16 Julio 2020

 

Hay que hablar de amor y deseo

mientras nos queden labios con qué besar.

 

Eros es la tormenta sutil, el infierno de los gozos. Es aproximación, el convite de los cuerpos, aquello que en tiempos milenial llaman (disculpen la expresión) “el delicioso”. Como lo resume un soneto de Quevedo, “el amor…es hielo abrasador, fuego helado”, sublime oxímoron: incendio que se apaga con incendios. Seguir leyendo…