Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Tres poemas de José Antonio Albarrán

Esos días, otros respiros

Autor: José Antonio Albarrán

Marzo 2022

 

 

Para Chava, con el recuerdo de días mejores

 

Ya es un tiempo viejo, de reservas y hastío

de pasmosa cautela y zafia clausura

de constantes aplazamientos e indefinidas despedidas.

¿A dónde nos fuimos, mi dulce dios perdido?

O dónde nos quedamos, ahogados en nuestro

propio respiro.

Oh joven dios, cuéntame de aquellas noches

verdes y húmedas cuando la luna argéntea

se derramaba sobre el agreste camino.

Háblame de esas púrpuras jacarandas

del cálido rocío que cubría el escondite de madreselva

donde el aroma a buganvilias se fundía

con el de una juventud nada desdeñable.

Porque parece mentira que jamás

volveremos a llenar de júbilo el pausado estío. 

Ni a levantar el puño curando el celeste vino.

Y la nieve permanecerá ensimismada en su blancura

sin las huellas que atestigüen  

nuestro andar divino

nuestro espíritu peregrino

de aquellos días en que el presente

recomenzaba siempre de nuevo.

 

 

 

 

 

Hacia otra vida

 

Tarde ya es para comenzar de nuevo.

Defendimos lo que pudimos

pero los fracasos son muchos

y algunos de ustedes ya se han ido.

 

Fiel los acompañé hasta este momento

donde se marchitan las últimas flores del cerezo.

Ahora, mi cabello comienza a tonarse blanco

y queda poco de mi sombrero.

 

Así que me despido. Adiós amigos

parto a la vida retirada

levantaré altos bambúes

alrededor de mi morada solitaria

y cerraré la puerta a este ingrato mundo.

 

 

 

 

 

Niña de Nepantla

 

Las líneas de la mano trazaban

los fundamentos de la incuestionable

geometría, signo y seña de un sibilino

soplo que la ausente heráldica

no consiguió descifrar jamás. 

Ahí, erguida en el filo del Nuevo Mundo

la meridiana palabra azul fue centro y

circunferencia, claridad mística

y artífice de nuevos laberintos.

La esgrima de la pluma

 la gracia condenada, cuando

antes loada, por medrosos fariseos

una vez señalada descendiste de Cristo

 para ser crucificada.

Y de tu costilla surgió la arcilla

que concibió el sueño celeste,

la caricia solar, el vértigo en la altura

y la impoluta verdad de la caída.

Frente a la rebeldía se te negó el llanto

de Madre María, ni beata ni santificada

sólo quedó un eco de antiguas bibliotecas

etéreas como vagos recuerdos

de lo que pudo ser tu claro paraíso.

Porque la memoria no es cristal 

y la alta palabra suele ir y venir alada

dejándonos tantos siglos a oscuras.

Pero esta noche presiento una

 flamígera centella que, en el cielo deletreada

 un secreto me confía, mientras yo

despierto, alzo la mirada

y tú, fulgiendo, fénix constelada

perduras

en tu manto de blanca hondura.

 

 

 

 

José Antonio Albarrán (Ciudad de México, 1990). Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Director de la revista digital de creación literaria Campos de Plumas. Ganador del certamen de ensayo “Luis Alberto Arellano” de Mantis Editores. Ganador del primer concurso de ensayo “¿Por qué es vigente la tauromaquia?” de la Fundación Tauromaquia Mexicana. Fue seleccionador del Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe 2021. Obtuvo la beca de literatura para el Festival Cultural Interfaz ISSSTE, Hidalgo 2017. Sus poemas han sido publicados en revistas de México, Costa Rica, Argentina, Chile, Perú y España.