Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Tres poemas de Enrique Bernales Albites

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Por Enrique Bernales Albites 

16 mayo 2020

Provocaciones

Y ya no puedo contener

mi furiosa belleza

Enrique Verástegui

Y tus pies, frutos salvajes del jardín de las hespérides,

espejismo de corales en celo, devoran el cuerpo, la orquídea

que arde en las tinieblas, nao que naufraga en la tormenta,

se tragan la luz que recoge el cenicero de plata,

eran dos, o quizás más, se multiplican como las cabezas de la

hydra, terminan bañados por las olas o se desbarrancan

dentro de la cálida ermita: ensimismado reflejo del goce

eterno.

Cada palabra tuya es estrella que extravía el placer

y lo disuelve en un trago de mezcal y saliva, vertido

con ayuda de mis besos en ti, Livia, la caracola

que escucha el murmullo de mis preces aurorales.

(Del libro 21 poemas: Cerridwen, Intermezzo Tropical Editores, 2003)

 

X

Moja el desierto de mi alma

Entrégame esos labios rotos

[Zoé]

Abrazados en la garganta

los pies que me remojan

los pies fríos, bien pequeñitos

se calientan con los míos

bajo las sábanas de cada sábado

de hotel del Cuzco:

puede ser, pero realmente

siento placer

me hace llegar

(Del libro Regreso a Big Sur, Bardoborde Editores, 2019)

XXX

Machu Picchu, en vestido azul

a las tres de la mañana:

El corazón está tan codificado

que es más que lenguaje

La frotada de pies

Es menos que lenguaje

El corazón es puro bla bla bla

La frotada de pies

No es lenguaje y menos símbolo

(Del libro Regreso a Big Sur, Bardoborde Editores, 2019)