Sofia Alvarado / Festival Internacional de Poesía por el Agua
Autora: Sofía Alvarado Cortés
Diciembre 2023
Canta un corazón en la hierba
I.
Mis ojos son el sueño del tiempo
se une mi voz a otras voces,
coro que retomo,
canto de flores y muertos.
Yo misma soy la música,
los silencios.
Hay en mi cuerpo
una mirada que se apaga
en la luz,
hay en mi pensamiento
un camino que se aquieta
en las hierbas.
Soy agua, un torrente,
he sido condenada a la impermanencia,
entra por mis dedos el mundo,
un mapa blanco se extiende,
las coordenadas van hacia el vacío.
II.
Érase una vez una niña
encendida de agua
al fondo de la caverna,
respira, respira, traga la vida,
le dije, mientras miraba al cielo
y alguien la sacaba del cabello
y la arrastraba a la orilla.
Miro mi fotografía en las noticias,
dentro de la imagen hay una niña
con los pulmones llenos de arena
que se tragó el desierto.
Porque escribo, miento.
No es verdad,
miento porque soy una mentirosa
que ha hecho de las palabras un frasco
donde verter sus nervios.
No era yo la imagen,sino otra,
siempre es otra, hasta que no lo eres más.
Pero pude haber sido ese cuerpo al fondo,
haber mirado de cerca la vida
y caer
como caí,
y pudo no haber nadie,
como le pasó a aquella niña,
y quedarme con todo mi cuerpo
de ocho años al suelo del agua.
¿Y si esta forma de sentirme
en la raíz de todo
es aquel cuerpo subterráneo
que resbaló y se quedó mirando al cielo,
a los pájaros, desde un abismo de agua?
¿Y si esta manera de encontrarme río,
océano, pez, monstruo cavernario,
ha sido sólo la visita
de aquella fosforescencia aguamarina
que viene cada tanto
a recordarme que estoy aquí
con los días prestados,
con los días contados,
al borde del mar,
impostada toda yo,
caída para siempre,
muerta de sed
dentro del acuario gigante?
¿Y si esta forma de mentir
es un boleto de abordaje
que debo pagar por aquella niña
que murió con los pulmones inundados?
¿Y si no?, ¿si todo este palabrerío suelto
no tiene nada de vida, ni de muerte,
es decir, nada, absolutamente nada
dónde sostenerse?
Aún así,
mírala bien, me digo,
como si fuera yo misma una madre
que reconoce el cuerpo de una hija,
el espejo de su ataúd,
la sombra de agua
que ha venido a vaciarse
al Pacífico.
III.
Mi infancia fue la ausencia
un camino blanco hacia mi padre,
la nieve, el primer recuerdo,
el frío del mundo atravesando mis ojos.
La fiebre resonaba en mi cuerpo
como un perro atropellado en medio de la calle.
La primavera florecía en mis vestidos,
aún no sabía de las estrellas,
-animales que brillan-
sabía de los soles que mueren,
que el abandono muerde los sillones
y que la noche,
sumergida dentro con su flecha de pájaro,
es un rumor de canto.
Dejamos el desierto de las grandes cosas,
bajamos al sur como caballos desbocados
nos internamos en el mar
a escuchar el agua que se quiebra.
IV.
El miedo ancestral de quedarse y partir[1]
memoria de las aguas
que van, vienen, van
hacia el centro,
composición geológica del recuerdo,
argonautas sumergidos en la guerra,
náufragos del sueño
que rompe el salar del vacío,
que al tiempo
que se estaciona
abisma.
Vamos al delirio,
venimos del interior
marítimo de una estrella,
profundidad dialéctica
nuestra historia,
es un retorno que se mueve
a la pérdida
a la casa que se ha partido
como un árbol
como un barco en medio del océano
como una sinfonía de animal bajo las olas.
V.
La palabra lengua se enroca en mis labios, trato de ablandar el mineral compacto de mi boca. Recuerdo la mirada pétrea del lenguaje, el no lugar que hay en ser el otro, la extranjera. Las cuerdas suenan en desbandada, desarmonías de pájaros sobre el paisaje de mi voz.
Cuando digo la palabra sueños se desencajan los engranes, las ficciones sólo pueden ser soñadas en un mapa, un territorio limitado por fronteras, aquí hablo, aquí no, aquí tampoco.
Sin embargo, hay un maremoto en mi garganta, una tormenta me transcurre y una montaña se erige en mi centro.
¿Cómo le digo a los árboles que estas palabras con las que yo nombro al mundo, aquí son alas extraviadas en el horizonte, laberintos azules, disonancias,una escafandra en el fondo de la tierra?
VI.
La poesía es un animal que anda sobre su lengua,
un pájaro que sale de su boca.
Es un tallo sobre el tronco muerto de sus labios,
paladar rocoso que palpita
la poesía,
horrizonte con cuernos filosos
abre su ojo transparente a las flores.
Escala de árboles como cromas,
sucedidas una frente a otra,
como tumbas una sobre otra,
agua espejo de fondos traslúcidos.
Poesía sacada de la muerte,
renacido fruto líquido,
raíces de nubes que comienzan
en la palma,
que comienzan
en las ramas de mi mano,
que comienzan,
y me transcurren
en el fondo de la tierra,
en el fondo de las piedras,
en el fondo
terminan en la orilla del océano.
¿Qué es si no, la poesía,
aquello que llega como un animal muerto,
como un pez con los ojos fijos puestos en el vacío?
VII.
Al final, después de todo,
adentro, muy adentro,
el poema es mar abierto,
oleaje de un sueño donde mi abuela
era ciega y yo un pez que le abría,
como un ojo,
las aguas del mundo.
VIII.
Y es la noche y el silencio, es el agua platinada que palpita como un animal, es el bosque que entierra sus garras de raíces y se estira hacia las estrellas.
Hoy visito la tierra en una flor que se ha quedado quieta ante el sueño de ser árbol, fosforece en la oscuridad, canta como un corazón en la hierba.
[1] Verso tomado del libro Oda marítima, de Fernando Pessoa.
Sofía Alvarado Cortés
(1986) es escritora, docente y promotora cultural. Estudió Lengua y literaturas hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, así como Diplomados en creación literaria, cine y análisis de textos por la BUAP, la UMSNH y el INBAL. Ha sido publicada por Escritoras mexicanas, Yo soy nosotras, Blanco móvil, ADN Cultura, Norte/Sur, Posada Almayer y Ediciones Azalea, así como en antologías, revistas y periódicos impresos y digitales de México y de otros países, como Argentina, Colombia y Venezuela. Fue becaria en la categoría de cuento del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, durante el periodo 2020-2021. Actualmente lleva el proyecto Itineralia, donde es librera, dirige talleres de escritura creativa y toca la jarana
Esta publicación se realiza bajo el marco del Festival Internacional Poesía por el Agua 2023, un evento dirigido y fundado por el escritor mexicano Ulises Paniagua, Revista Anestesia es coorganizadora de esta celebración.