Poemas de William Johnston
Por William Johnston
Mayo 2021
Mitologías/
Mi padre trabajaba ocho horas en una fábrica.
Mi madre se sentaba a tejer.
Mis hermanas leían novelitas policiales.
Mi abuela esperaba el momento
en que la rosa se abría
para ofrecerla al santo de una vieja estampa.
Mi padre tomaba whisky barato.
Mi madre nunca sonreía.
Mi abuela vestía de oscuro.
Mis hermanas se casaron y tuvieron hijos
y engordaron como vacas sagradas.
Mi abuela contaba cuentos de parientes degollados.
Mis padres nunca pactaron con los otros sentidos
que poseen las cosas: cada uno
en su viejo juego de infancia.
Mis hermanas fueron amables en sus silencios.
Entonces ¿por qué, yo, musa,
por qué yo, con esta palabra
como Tántalo?
(Alaska, Bahía Blanca, Argentina, 2014)
Trama/
Al despertar
veo una taza azul,
un libro marcado en página precisa,
un espejo.
Y la realidad contiene un nombre para cada cosa.
Y cada cosa es distinta realidad.
La poesía es el arte sutil de bordar
la taza, el libro, el espejo
mediante correspondencias que procuren
lo posible de lo imposible:
anudar el pensamiento,
el latido
y la memoria
a este paisaje como si fueran
un abierto tapiz medioeval.
No existe una descripción exacta:
el poeta, al anudar; distorsiona.
El poeta al distorsionar; agrega
otros órdenes,
mismas costumbres,
variables pretextos:
la taza tiene forma de un cielo buscado desde niño.
el espejo es inflamable ante tanta claridad.
el libro es oleaje continuo a las siete de la mañana.
(Alaska, Bahía Blanca, Argentina, 2014)
Metafísica/1
Almorzaba en esa mesa de bar.
Hasta hacía poco me gustaba contemplar
cómo el mundo era decisivo y anónimo:
cómo la gente abrazaba otra gente,
reía, pedía cerveza,
cómo la cucaracha caminaba
alrededor del cuadro,
pequeña, oscura, desafiante.
Un martes alguien la mató a mansalva;
gentes que ignoraban que su propia vida
era oscura, desafiante, pequeña.
Y yo con esta repulsión al contemplar
el seco cadáver entre amapolas y sombrillas
como una lección ejemplar de metafísica.
(Alaska, Bahía Blanca, Argentina, 2014)
William Johnston es evidentemente un nombre inglés, pero quien lo posee es un poeta uruguayo que nació en Montevideo, Uruguay en 1967. Su primer libro es de 1994 con el título Un Jarrón Chino (Editorial el Pez Volador, Montevideo, Uruguay). En 1995 recibe el segundo premio nacional de poesía por su libro Las Siete Colinas. En 1998 recibe el primer premio nacional de poesía por su libro La Estación de las Bellas Furias (Editorial Verdehalago, México). En 1999 recibe el primer premio nacional de poesía por su libro édito Los Fragmentos Dispersos (Editorial El Pez Volador, México) que reúne su obra édita hasta el año 1999. En el año 2003 recibe el primer premio nacional de poesía por su libro El Viento Detrás del Bosque y se recibe de doctor en letras por la universidad nacional autónoma de México con una tesis sobre la poesía de Olga Orozco. En el año 2006 recibe el premio de la Intendencia Municipal de Montevideo por su libro Leve Sombra (Editorial Hermes Criollo, Montevideo, Uruguay). En el 2008 recibe el premio nacional de poesía por su libro Diálogo Final (Ediciones Mafia Rosa, México, 2011). En el año 2011 regresa a México. Publica en el año 2014 su libro Alaska (Colectivo Semilla, Bahía Blanca, Argentina) y sus tres novelas bajo el título No acaricies un perro ciego (Editorial Terracota, México, 2014). El año 2017 recibe su premio nacional de poesía en dos categorías: édito por el libro Intemperie (Botella al Mar Ediciones, Punta del Este, Uruguay) publicado en el 2015 y en categoría inédita por el libro Paisaje. Nuevos libros: El trigal del sueño (premio nacional de literatura en el año 2018: Editorial La Coqueta, Montevideo, 2018), Visita guiada (2019), Música Rusa (2020) y Plegaria (2020). Ha integrado antologías en Uruguay, Chile, Cuba, Colombia, Argentina y México.