Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Poemas de Wendy Alvarado

Autora: Wendy Alvarado

Agosto 2022

 

 

Algo empañado pero;

puedo ver,

puedo ver desde el parásito

alojado en mi vientre

 

puedo sentir y;

de cuando en vez,

complacerle sus antojos

 

cuando se pone tenso

lo monto con dirección

a la amígdala

a más de doscientos

con una sola misión,

perder el equilibrio

romper tres o cuatro vasos

caer para,

terminar de ascender;

arrastrándome hasta llegar a la cúpula

llenita de astillas

y hasta regresar al vientre,

abriendo paso entre tinieblas

al inefable como carne

que se adhiere a las campanas

de una parroquia de 1856

que terminan por romperlo todo;

 

hasta el recuerdo

de una persistente creencia.

 

Mi Dios es todos y;

ninguno.

 

 

 

 

 

 

Restos

 

Entre vos y yo;

media lo sagrado.

 

Y aún con esta causa abierta,

jugamos al uno contra el otro

la otra contra el uno;

el uno con las otras.

 

Sin recato tensamos los hilos

de la voluntad,

que a veces entra desapercibida

para acudir al llamado de los cuerpos

que abrazan con brazos desbaratados,

 

como muñequitos,

como tortolitos

que salen de la habitación

del insomnio

hechos trizas,

robustos de ojeras,

con algo de mi yo,

un poco de vos

y un sin nosotros;

 

como ensayando!

 

A veces,

sin darnos cuenta,

pellizcamos los extremos

de la emoción

para levantarnos el luto,

 

levantar los platos de la mesa,

las boronas del mantel;

 

los restos

 

 

 

 

 

 

Papaloapán

 

Fuérame rio,

Papaloapán entonces;

que me arroja el reflejo

de un instinto siniestro

y taciturno,

regazo inmanente

que sostiene las veredas

de sueño

livianamente a flote

 

Fuérame balsa

o instantánea mariposa,

que sube al muslo

para interrogarme de amor

con ingrávidas patitas,

flotantes patitas

en la transparencia

del levitar;

el Papaloapán

 

Fuérame la serenidad

de tus aguas

prima  cuna movediza,

finos rayos de sol en picada

que achinan los ojos

y abrazan el patio acuático

de niños fugaces y juguetones,

míos desde sus nacientes;

más ajenos que mi ser,

pero míos por añadidura

 

Es asi…

aguas de rio manso

Papaloapán entonces,

me fuiste

madre y padre

hermano-abuela

y yo me posé curva y serena;

 

como posa la brisa

en las alas,

de un ave viajera.