Poemas de Paula Andrea Pérez Reyes
SELECCIÓN DEL LIBRO LAS QUIMERAS DEL TIEMPO-FALLIDOS EDITORES (2022)
HOY ESCRIBO DEL SUFRIMIENTO…
Autora: Paula Andrea Pérez Reyes
Enero 2024
LÁGRIMAS DE PIEDRA
Para aquella madre,
la que llora en silencio porque le arrancaron a su hijo del pecho.
Seguimos llorando por tu partida.
Las lágrimas de doña Lorenza son un grano de arena en la piedra.
Ella llora y se hace esfinge, una roca que cuenta a sus hijos con los dedos de una mano.
La Obertura es aquella medida de sus remembranzas.
Es el inicio de una canción de cuna con la que mece al niño de las botas al revés.
Detrás de la montaña se escucha una melodía que se hace medida, herida, quimera. Un pozo que revela el eco de todas sus desgracias.
La cama de Doña Lorenza es la tumba de su hijo José María Amador.
ELA SOBRE LA LAGUNA DE ESTIGIA
A Gustave Doré que sigue en la barca
Ela va en la barca sobre la laguna de Estigia
Ela suspira sobre sus corrientes
Y en un vaivén de venenos para prolongar el recorrido
encuentra
un alma atrapada
en una esquina de la barca.
La vida es una débil llama que danza las melodías de momentos
Ela es una vela que se mantiene encendida
alumbra sobre la laguna de Estigia
El tintineo de las monedas hace contraste entre las moradas de la tierra y el mundo del olvido.
Esta noche no viene Flegias
Esta noche no nos visitará Caronte
Esta noche Ela deja los cuerpos a las puertas del abismo
Yo tengo dos monedas en mi bolsillo
Mi barca se acerca al final del recorrido
LA QUIMERA DE IBSEN
Querido Padre, he olvidado todo lo aprendido.
Un día que dejé de ser Nora para convertirme en Quimera
Soy una quimera de aire que cierra la puerta.
Soy la tierra que abraza a los que abandonan el mundo. Soy el agua salada que recorre el rostro de la esclava.
Soy el fuego que se extingue con la chispa de un momento en busca de purgar sus penas.
Soy el día que se escapa, la pluma en el aire, una cita fallida cuando el tiempo ha bajado el telón de la vida. Fui la muñeca que estaba atrapada en la caja.
Pandora es una hija sin Padre,
una amante que se convierte en Quimera.
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VII
Hay lugares que abren la pupila y te rasgan el pecho en dos. Unas señas, una burla, un atardecer frío y mil preguntas que conviven en el bolsillo de la gabardina de moda…
Creo que mejor, y para no responderlas y abrir más la grieta, vamos por un vino.
No se si será un Merlot, un Lambrusco reggiano, Cleto Chiarli o un Cabernet Sauvignon al mejor estilo contemporáneo.
Al séptimo día, nadie descansa
y entre ellos juegan a las damas chinas
Allí muere el instante y las mariposas huyen espantadas.
No era un vuelo de palomas.
En la noche más oscura
la primavera es el cielo de animales carroñeros.
Y si llega la pregunta, el despojo y el olvido, mi poesía es la respuesta a la emisiva que me envía el mundo.
Y si disparan balas, yo les respondo con versos. Y si me mandan bombas, yo los espero con la belleza de mis humildes palabras.
LAS QUIMERAS DE UN TIEMPO
Las Quimeras de un tiempo anuncian las notas de arrabal, el fuego secreto que danza al son de un tango por cantar.
Las Quimeras de un tiempo son los pequeños dioses de mi abuela, figuritas sin brazos, ni piernas. La trivial galería de secretos y mentiras que juegan entre lo absurdo de la vida y la angustia de un nuevo día
Las Quimeras de un tiempo arrugan la cara, deterioran las paredes de la casa, cuentan las hazañas de una gloria pasada, de un porvenir que no vendrá.
Las Quimeras de un tiempo guardan la desesperanza, el rechazo de la vida cuando la muerte te ofrece sus brazos con una apócrifa esperanza.
Ahora se ha detenido el reloj, aquí ya no queda ni un solo grano de arena, no hay minutos ni segundos. Los años se cuentan dando unos pasos hacia atrás.
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OBERTURA A MI FRAGILIDAD
A los días en que estuve rota
En el suelo se suman los granos de arena y de la vida solo algunas gotas
Podía contar cada minuto mientras las agujas traspasaban mis venas.
El grito contenido quedaba en mi piel mientras se escuchaba un tambor agudo que no paraba de sonar.
De repente una caricia y en el cuarto oscuro unas luces fluorescentes.
Podía entrar en el lienzo pegado en la pared
encontrar otro aire, otras calles
Un lugar esperaba por mí, mientras buscaba despedirme de mi madre.
Esa era la entrada
en la baldosa rodaban unos pétalos color escarlata.
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TAMUZ
El Tamuz es el abrazo del tiempo
que anuncia
el aleteo del colibrí
que se acerca
a
beber
el néctar de las flores otra vez.
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Toma nota atentamente cuando te hable el sufrimiento
su rostro es
voz
grito
gemido silencioso hecho plegaria
Solo es posible atravesar el infierno
siguiendo los
pasos
de
Virgilio.
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PAULA ANDREA PÉREZ REYES.
Paula Andrea Pérez Reyes (Medellín) es licenciada, magíster y doctora con distinción Summa Cum Laude en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana. Abogada defensora de derechos humanos y docente investigadora en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia y de Posgrados de la Universidad de la UPB y de la UDEM.
Socia Cofundadora de la Red para el Estudio del Proceso y la Justicia, coordina el Semillero de Transformación de Conflictos y del curso Literatura y Conflicto en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.
Ha participado como presentadora, conferencista y poeta en festivales y eventos nacionales e internacionales en Colombia, México, Perú, España y Ecuador. Ha publicado numerosos artículos, columnas de opinión y capítulos de libro, de los cuales se destacan «Poemas del barrio a la ciudad» (Tragaluz Editores / Comfenalco Antioquia), selección de poemas para la revista «Ablucionistas», «Poesía por Colombia» (Editorial La Otra, México), (Revista Innombrable), (Revista Cronopio), (Círculo de Poesía), «Cuadernos de educación y alteridad I, II y III, el deseo en la creación poética» y selección de poemas para la revista «Kametsa». Es autora de los libros de poesía «Cuando escribo sobre el muro» (El Quirófano Ediciones, Ecuador, 2021) y «Las quimeras del tiempo» (2022), reconocido por la Editorial Fallidos Editores como el mejor libro de poesía en 2021.