Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Poemas de Henry Alexander Gómez

Autor: Henry Alexander Gómez. 

Agosto 2024

 

Mecánica popular

El ventilador pide a gritos un poco de agua,

el humo de los automóviles llena las aceras con arrugas 

y ríos de combustible

que hacen estremecer a los paseantes. 

Escribo en un lugar de la ciudad 

donde los hombres viven en el centro de sí mismos. 

Hay aquí una playa negra en la que desembocan grietas de polvo

y silvestres sonrisas llagadas por el sol.

Una gota de sudor tiembla sobre la llave inglesa 

con la que intento abrir el carburador 

de un Renault 12 de puertas amarillas.

“Comió varón”, dice el evangelio

de estos viejos muchachos que cada noche 

hacen el amor con sus mujeres

perfumados en aceite y grasas de motor. 

No soy hombre, pero intento serlo. Ensayo una y otra vez

este físico lenguaje con el que se repara la carrocería, 

las bujías o el cigüeñal,

como quien intenta cientos de veces entrar al corazón

de una mujer que ha roto sus labios por la pureza de los días.  

“Algún día haré dinero y abriré mi propio taller”, 

pero algo me revela que naufrago en aguas que nunca serán mías. 

Por fin, es sábado en la tarde, 

el ruido de los exostos se apaga cuando 

entramos en la taberna a bañarnos con canciones

que también aceitan las tristezas que oxidan 

el motor de la vida. 

“Nada es como antes”, dice con soltura 

el latonero Poncho González, 

“ya no hay repuestos 

para las penas de amor”, afirma una vez más 

y enciende un bello cigarrillo. 

Somos ángeles oscurecidos por las máquinas,

                           obreros 

que bailan en algún rincón de un silencio lleno de fracturas. 

El lunes las camisas volverán a ser ceniza. 

 

 

 

 

La caza 

Una mañana, 

el cazador de la sabana 

salió de su maloka

rompiendo el sol 

                      con la mirada. 

Arrojó su lanza 

con la fuerza del viento, 

pero no dio en el blanco. 

La llanura se abrió 

y extensos edificios 

crecieron como árboles 

sordos y serenos. 

La noche cayó 

y las luces de la ciudad 

abatieron todo sueño. 

El cazador 

abrazó la oración 

de las sirenas ambulantes. 

Su mirada se perdió 

con la fugacidad 

del venado de cola blanca. 

Otro día,

los hombres que construían 

el gran centro comercial 

encontraron un pedazo de fémur 

y la punta de la lanza: 

una piedra igual 

a una afilada palabra 

           incrustada en el centro de su diana. 

 

 

 

 

Baudelaire y la música 

No me atreví a decirle nada, un día en que lo vi desorientado en una estación de Transmilenio. Llevaba una casaca azul marino y una leve mirada igual a un bosque incendiado por la noche. Iba acompañado por una mujer que cantaba “Smoke on the water” con la voz de una niña: me enamoré de sus pechos, rojos como las autopistas. 

Baudelaire era un hombre alegre que conspiraba en contra de los pájaros. El ruido de las casas ondeaba entre sus manos que no paraban de cultivar flores con las que se hacían ramos para las muchachas sonámbulas. El pánico fue para él un asunto importante. 

Hoy que lo vi una vez más pasearse taciturno en otro de mis poemas, apenas si me atreví a preguntarle la hora. Él solo me preguntó si apreciaba la música de Wagner, y se sentó en un viejo andén de una calle al sur de la ciudad a dormitar, mientras el viento le susurraba al oído una bella música semejante al aleteo de las moscas. 

 

 

Fotografía: Laura Castillo

Henry Alexander Gómez. (Bogotá, 1982). Magister en Creación Literaria de la Universidad Central y Licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad Distrital. Ha recibido diferentes distinciones, entre ellas, el Premio Nacional de Poesía Universidad Externado, el Premio Nacional Casa de Poesía Silva y el Premio Internacional de Poesía José Verón de España por el libro Tratado del alba (2016). Otros libros publicados: Memorial del árbol (2013); Diabolus in música (2014), Premio Nacional de Poesía Ciro Mendía; Georg Trakl en el ocaso (2018); La noche apenas respiraba (2018). Recibió el Premio Internacional de Cuento “Juan Ruiz de Torres” por el libro Cuentos para hundir un submarino (2021) y el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández por el libro La torre de los caballos azules (2022). Es editor de La Raíz Invertida (www.laraizinvertida.com). En la actualidad cursa un doctorado en literatura en la Universidad de los Andes.