Poemas de Gloria Rosiles
A mis hijos, Gabriela, José, Gloria y Carlos Roberto.
Mi cuerpo.
Este es mi cuerpo,
y así lo quiero,
ajado como la tierra que ha sido labrada,
con surcos donde florecieron rostros,
nunca imaginados, de bocas rosadas
juguetonas, inocentes y maternas.
Este es mi cuerpo,
con dos botones que amamantaron,
inteligencia, palabras filosóficas,
en el sentido de la vida
“Ikigai” a esta tercera edad, tan querida
anhelada y bendecida.
Este es mi cuerpo,
que dio descanso a suspiros,
y amores genuinos,
quebrantados por el deseo,
la mística y la curiosidad,
cobijando despedidas y rencuentros.
Este es mi cuerpo
sellado por abrazos,
oloroso a café de grano,
mientras mastico aceitunas negras,
y tránsito en lo real y en lo ambiguo.
Este es mi cuerpo,
que ha recorrido
ciudades luz,
ciudades paraíso,
ciudades fuego,
ciudades desiertas,
ciudades venturas
de concreto y prisas.
Este es mi cuerpo
tibio, amoroso,
rico , apetecible,
fuerte y vulnerable,
con su cajita de secretos.
Este es mi cuerpo,
cuya lengua mece idiomas,
en mi analfabetismo funcional
que solo sabe decir “my love”.
Soy dueña de este cuerpo,
con sus dolencias,
de rodillas desquebrajadas,
mitigadas en te de manzanilla,
de limón, de azahares,
de orégano y de canela.
Este es mi cuerpo,
alegre, bailador, poético
eróticamente dulce,
así lo quiero,
me acepto,
lo agradezco,
lo reconozco,
lo transformo,
lo creo,
en mi mirada
donde se esconde,
un colibrí travieso,
que exprime
el néctar de mi corazón.
Poemas inciertos.
I.
Soy una poeta
enamorada de la vida
no soporto los fingidos
me gustan
las mañanas de sol
una buena taza de café
no puedo declararme
en la pobreza,
soy amiga de la tendera
que se llama Isabel .
Así que en mi mesa nunca
harán falta unos buenos naranjos.
Soy amante del trueque
me acompañan mi par de libros
para que nunca este sola
ni sea tan material
un buen queso,
un pedazo de pan
el amor suspirando
en el sueño
dibujo mi árbol del bien
en mi paraíso creado,
no comulgo
con los insurrectos
ni con los infieles
ilumino mi mundo
camino, soy feliz.
II.
Soñé que mi vientre
se expandía,
lento, el dolor
me poseía
mascaba hierbas
para adormecerlo,
presa en una bata blanca
descalza,
un cuerpo se
reventaba la piel
se apoderaba,
se ensanchaba
se movía,
me bañaba en sudor
me arrancaba las sondas
de los sueros de mi brazo
Izquierdo,
gemía parturienta,
vi escurrir la fuente
en mis tobillos
diáfana y tibia,
mi llanto todo
el sudor de mujer
mis caderas
trituradas,
después,
roto el silencio
repare del sueño
profundo,
del oasis
apague mi sed,
un ser terso
me sonreía
me miraba
tan pequeña
diminuta
indefensa
apago toda queja,
quede tan asustada
perpleja
confundida
entre mis brazos
dormía profundamente Gabriela
toda ella en mi.
III.
No tienes
que decir mi nombre
está pegado a la fiebre
de tus ojos,
al salto de tus pies
y manos,
ojos sobre manos pies.
Yo soy como la sombra
de tus ojos,
me desnudo en tus
ojos,
hago jirones
y me desgarro
dentro de tus ojos.
IV.
Platicamos sí
tú me dices
ver desde aquí
y desde allá
tan lejos
subo en elevador
sin contar pasillos
camino y descubro
lo que ya sabemos
y están las horas abuelo
que te sepultan
porque tú no sabes
que te está chupando
la muerte, que te jala y arrastra
con olor a siglos de suplicio,
aprendes abuelo a ser hombre
y eres honrado.
no burlas a la mujer
tienes tu horno
tu manteca para hacer tu pan,
llamas a soledad corazón y alma
acaricias las canas de mi abuela.
te he dicho que te aliviarás
y he mentido para ti
afuera alguien ríe y es feliz.
Murió mi abuelo
caja azul y cristo
sobre el suelo
llanto apagado ronco,
sucio, infeliz,
ya no hay manteca
ni pan ni sueños
o deseos,
me orino de dolor
abuelo sin perdonar
tu muerte.
hace cuatro años de tu muerte
Abuelo,
Ya me case
como hojitas de yerbabuena
para decir la verdad
me gusta leer el poema de “Tarumba”
abuelo, porque Jaime Sabines también
tuvo una muerte mayor
me estiro con mi dolor de dientes
de ausencias, José Lira me dice;
¡A dormir Glorita!
yo no quiero,
tengo miedo de saber
demasiado sin ti,
en el frio amanecer
de mi primavera.
Gloria Rosiles Estrada (México D.F ,1962)
Licenciada en Pedagogía y Licenciada en Derecho. Master en Ciencias de la Educación, obtuvo la medalla por 30 años de Servicio en el Sistema Educativo Estatal “Rafael Ramírez Castañeda “2009 y la “Condecoración Maestro Altamirano “que otorga el Gobierno de la República por su distinguida actuación docente en 40 años de Servicio Educativo (2018) Distinguida poeta mexiquense, ha participado en certámenes nacionales e internacionales de poesía. Autora de los poemarios “A orillas del Paraíso” y “Hojas de Maple”. Radica en el Municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, Edo. De México y actualmente labora en Educación Media Superior.