Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Poema XII del libro: Mi cuerpo germina temblor entre tus labios / Juan Galván Paulin

Autor: Juan Galván Paulin

Octubre 2023

 

Este poema forma parte del poemario Mi cuerpo germina temblor entre tus labios; publicado en 2016 por Los libros del Emir. Fue escrito en 2013-2014.

 

XII

Fui a la poesía      porque la realidad ocultaba su rostro en la bruma

de dos palabras dichas un atardecer funesto como toda despedida y vagar

el rumbo conocido de salir de casa e inventar la rutina esa que quiere del olvido

una certeza toda condena a los amantes en su separación     y la hice laberinto

    paisajes   amante   mirada    con la que podía soportar tu ausencia en la estepa

y el desierto de las calles en la chozas en las cárcavas de un andén

soñando me esperabas    para encontrarte palabra a palabra

imaginar los días de tu felicidad    la soledad de la que después de un café

o de vagar sin rumbo    -el rumbo es ese que traza la desesperación o el anhelo-

    por avenidas o vecindades o parques como bosques a la media noche    abordaba

siempre el tranvía nocturno de los desamparados en el recorrido donde la ciudad

aparece por primera vez para quienes como yo hacen del insomnio el estado perfecto

de la cordura atada a un mástil para no caer en tentación     la de claudicar

apenas despertamos    versos escritos en los muros en los semáforos en la cara de cualquiera

y aparecieras mientras bebía un último trago en una cantina desahuciada en mi delirio

en la fiebre      derrengado en un camino olvidado a medio sertón

o crucificado en la serranía con todos mis fantasmas   y la cadencia    sí   de cada poema

   lo supe después antes de encontrarte     conjugaba tu nombre y sonaba en mí

la destilación de años      tantos como cuarenta   que son todos     para saber

que el amanecer     aunque lo ignorara     tiene tu rostro mientras dibujas

con tus labios mi cuerpo      y que estás aquí   que me abrasas   que esto

que este estar desnudos en la alcoba es una redención que restaña aquel ya no

     y me besas y resucitas  a este hombre que un día   solitario acompañó al minotauro

     y el laberinto la poesía que conjuraba el tiempo    aquella que escribo

para que estés aquí es una eucaristía     Tú y Yo en la transfiguración del lecho.