Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

“No, no basta rezar”, “faltan muchas cosas para conseguir la paz”

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Por Alfredo Miranda  

16 Noviembre 2019

Le escribí a Ismael Colmenares del grupo “Los Nakos”. La intención era una entrevista detallada de su participación en el movimiento estudiantil del 68. Me pidió mi teléfono para regalarme un tiempo chido y hablar del tema, en el CCH Oriente, donde imparte cátedra de Historia. El día 27 de septiembre a las 23:42 vía inbox recibí un mensaje: “Metro constitución de 1917 Línea 8, bajar hasta el final para tomar un taxi que te lleve al Colonial Iztapalapa, calle y número de casa”.

Muchos cantantes, poetas, historiadores y… tú, Maylo. Llegue tarde gracias a una manifestación feminista, que me hizo perder mucho tiempo. Hasta que llegué al metro Sevilla y el desplazamiento para mi destino se normalizó. Creí por un momento valer madres. La convocatoria era a las 18:30, llegue a las 19:00. Nada mal para mí ocasional reputación de impuntual. Una rola perdida nada más, ¡carajo! Estaba a punto de entrar y se escuchaba un aplauso para una tal “Nacha”, cuando Maylo dice “compañero no interrumpa”. Maylo no tardó en decirme “¡cómo crees, bienvenido!”.

Se anunció la rola “del granadero”, parodiando a la canción del vagabundo. Maylo no pudo evitar contarle al personal conocido, VIP y a mí; que cuando él era niño y le pregunto a su jefe, abogado, ¿por qué había pobres y ricos? nos compartió dentro de la parodia de la rola la respuesta reaccionaria de su jefe: “por la voluntad divina del máximo orador, Pontifista, máximo celestial, escarmental y omnipotente Jesús de Veracruz”. Prometió que lo podíamos corroborar en las memorias de Paco Ignacio Tabo ll. Acto seguido se  puso serio -ambivalencia que experimente en toda la Penca- para hablar conscientemente de que en la rola del Granadero hay un vínculo con los 43 aún desaparecidos, recordó al personal presente que los 43 venían a un mitin, a una marcha en el Zócalo y para ellos se cerraron muchísimas posibilidades de esperanza y de sueños, sus jefes los están esperando, “Vivos se los llevaron vivos los queremos”. Me dije: “no mames, neta 2014 también en un sexenio priista”. Hasta ahora recuerdo que me dolió en un sentido de empatía, al grado de manifestarme con la brigada de la UACM. Quedarme a dormir en Del Valle en una huelga de un día. Honestamente mi duelo no fue de larga duración, creo que el de mis compas tampoco.

Terminando la rola “del granadero”, Mayra recordó que Armando Vega Gil, en una tocada le dijo a Jorge Silva, quien toca el cajón  y las percusiones que era el mejor “clitorista” de bodas, en ese momento sentí mariposas en el estómago, me llegó al alma. Conversaciones que tuve con el maestro por correspondencia al principio, en las tocadas de “la Botella”, presentaciones de sus libros, de la película “Naco es chido”, coincidencias chingonas cerca de “Indautor”, la última en una taquería donde chingó la promesa de invitarme a su taller de narrativa, después solo luto y como diez días de ver su estado de Watts App, con una cámara apuntando a su nuevo hogar el cielo, algo como “se hacen licuados de lechuga”. Aún recuerdo cuando tenía diez años de edad cuando por vez primera sentí algo que no pude definir hasta este momento, llamado movimiento contracultural al escuchar “La valona de la conquista”.

Terminaron “los Nakos” su participación, con la rola “ya guarda tus libritos” y yo con ellos… ¡uh uh uh uh, tus videos y tus mitos uh uh uh…! Como no recordar ese 2004 de noche en el canal Mexiquense, donde se echaron su “palomazo”, recuerdo que me levante temprano para ir a la “Victrola” del Fondo De Cultura Económica de Miguel Ángel de Quevedo a comprar sus discos y ya que estaba por ahí el de Rockdrigo González “No estoy loco”. Al terminar la rola presentaron a una pareja, que después de “googlearlos”, a los hechos me remito por de más estable, “Anthar y Margarita”, Anthar se dirigió a la banda, “…y a mí para recordar un chiste local: cuando me agarran los pelones, me meten a la julia”. Caigo en el piso, volteo hacia arriba y al ver a Maylo dije: Ya chingue.

No supe que tan local era el chiste ya que muchos rieron. Sin más preámbulos se arrancaron con “Caramba y Zamba la cosa” de Violeta Parra. Al terminar la rola recordó septiembre, que fue un mes intenso, pero también conto con nostalgia la llamada “Penca” que se abrió el 2 de septiembre de 1972 del “gachisimo” 11 de septiembre en Chile, ese maldito golpe de Estado, propuso conmemorar y festejar la independencia de nuestro país México. Habló del exilio chileno en México, también del argentino y mucho antes, el español; el cual Anthar dijo tanto nos dejó. Le di la razón, por mis amigos chilenos: Manuel Illanes, Gonzalo, Juan Carreño, con los que he compartido letras, saberes de ellos y tragos en el bar “las Pecosas”. En ese momento cantaron “compañero presidente, compañero salvador”, para que después Margarita festejara que se hizo justicia y se haya castigado al dictador Pinochet. Yo pensando y sin salas de espera… ¿hasta cuándo un caca grande de las centenas de ojetes activos pagaran sus tranzas?

Al terminar dieron paso a Gabino Palomares, se chingo “Patria mía”. Terminó de cantar la rola que dijo haberla repetido un chingo de años, para que decirles a los gobiernos del PAN y del PRI, que eso que teníamos no era patria, la patria la íbamos a hacer ahora.

Se siguió con una canción que dijo que no era de protesta y que también los luchadores sociales tienen derecho a enamorarse “hay momentos que no va el puño en alto sino en otras cosas”. Toda la banda VIP rio… Y yo apenas intentando comprender, se echó “hace como un año”. Terminó de cantar la rola y se siguió con “Maldición de malinche”. Esta vez no fue chiste local, yo también le entendí cuando dijo que su jefe era indígena y le hablaba siempre en su lengua, que era el Otomí. Un mal día dejo de hablarlo y en adelante solo hablaba en español, le pregunto a su jefe porque ya no hablaba Otomí, le contestó: porque la gente se ríe de mí. Gabino después compuso la “Maldición de Malinche“, se la chingó, y más ambivalencia. Los músicos de protesta que cantaron esa noche se unieron para cantar, “no, no, no basta rezar faltan muchas cosas para conseguir la paz”.

Ya eran las diez y la neta que joda. Me iba a despedir de Maylo ya que había terminado la Penca y me di por bien servido por la vivencia que haría crónica. Maylo me dijo: “a ver cabroncito, tenemos una charla pendiente”.

Me dijo que estaba chavo en el 68, estudio en la prepa 5, estaba influenciado por los Beatles, Allan Ginberg, Kerouak; acababa de entrar a la facultad de Ciencias Políticas; que su familia se fue a Tuxtla Gutiérrez y para un chavo de su edad estaba de poca madre estar con casa sola; que se casó muy chavo. Yo le pregunté: ¿con Mayra? “No, con otra” me respondió. La primer brigada en la UNAM la hicimos con Paco Ignacio Taibo ll, creo que duro una semana antes de formar “los Nakos”. Me dijo que tenía un grupo de protesta que se hacían llamar “los moles”. No le tocó el 2 de octubre, pero me hablo que en el “Halconazo” estuvo preso en Lecumberri.

Me dijo iba por el libro que le regalé para que se lo rayara, pero me dio hueva esperarlo, neta estaba cansado, tome un UBER POOL que me dejo en mi cantón. Es hora de el dialogo que sigue, en resumen: “2 de Octubre no se olvida”.

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