Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Matrimonio y poligamia en Qatar

 

Por Carla Pascual

Julio  2022

 

Estoy parada en la costa de Qatar. El mar acoge unos cuantos dhows, barcos utilizados para pescar y buscar ostras con perlas para comerciar. Volteó mi cuerpo 180 grados y el desierto amarillo, de superficie plana pedregosa queda frente a mi. Los rayos del sol son filosos, cubro mi cuerpo y mi cabeza para protegerme de ellos. La sed comienza a asediarme. El desierto es todo mío, ¿se me antoja incursionar en él? No, seguramente moriría. ¿Me bastaría vivir con mi esposo y un par de hijos en él? Hay que competir con otros para obtener agua del subsuelo, pescar, cultivar algunos vegetales, llevar al ganado a pastar, comerciar.

DMATRIMONIO CONSANGUÍNEO

¿Cómo competir por los pocos recursos disponibles en el desierto? Dicen que la unión hace la fuerza. La solidaridad tribal surgió en las poblaciones árabes desde hace al menos 3,000 años, mucho antes del islam, nacido en el siglo VII d.c. La socióloga qatarí Kaltham Al-Ghanim explica que se formó la familia extendida, compuesta por la familia de nacimiento de la persona y la familia que procreó. “Grupos de familias extendidas forman bandas que tienen un mismo fundador y están conectadas por relaciones de sangre a través de los hombres. Grupos de bandas formaban clanes y luego, tribus…La solidaridad tribal (alrededor de la figura de un mismo fundador) facilitó el control de los escasos recursos por los cuales las tribus competían… Continuar el control y la monopolización de estos recursos requirió continuar con la solidaridad tribal”[1]. Así que el matrimonio arreglado consanguíneo (entre primos hasta segundo grado) pasó de ser común a obligatorio y así evitar que los recursos se transfirieran a otras tribus.

Si bien actualmente los qataríes no tienen porqué preocuparse por la supervivencia debido a que las exportaciones de gas natural les garantizan divisas por las siguientes décadas, al menos ⅓ de los matrimonios siguen siendo consanguíneos. Estudios realizados en Paquistán, encontraron que “se cree que los matrimonios consanguíneos son más estables, brindan más cuidado y tienen menos conflicto familiar interno”[2]. Al-Ghanim también explica que “la lealtad a la familia extendida persiste, tal vez debido a una sensación de que las estructuras sociales modernas son inestables, o que los recursos puedan volverse escasos, o tal vez, por la necesidad de seguir unidos detrás de la tribu para resistir el cambio cultural y social” derivado de la entrada de Occidente al mundo árabe décadas atrás.

Seamos honestos: en nuestra cultura, nosotros también buscamos afinidad económica, social, cultural, educativa y profesional con nuestra pareja. Por siglos, para los qataríes la afinidad ha sido la familia.

En el mundo, los matrimonios consanguíneos alcanzan el 20% y en los países del Golfo Pérsico, más del 50%[3]. No se han hecho esperar las malformaciones, síndromes y patologías hereditarias entre la población árabe derivadas de la baja diversidad genética que ocasiona casarse con familiares. En los últimos 20 años en Qatar, estos matrimonios han oscilado entre 33% y 47% del total, como muestra la gráfica 1[4]. Se aprecia una tendencia a la baja, aunque es poco probable que desaparezcan, la misma familia real, los Al-Thani, continúa con los matrimonios consanguíneos.

[1] Al-Ghanim, Kaltham, “The hierarchy of authority based on kinship, age, and gender in the extended family in the Arab Gulf States”, International Journal of the Jurisprudence of the Family, vol. 3, 2013, p. 342.

[2]  Hussain, R. “Community perception of reasons for preference for consanguineous marriages in Pakistan”. Journal of Biological Science, 31, año 1999, p. 449-461.

[3] Al-Ghanim, Kaltham, “Consanguineous marriage in Qatar: marriage selection in a society in transition”, Proceedings of the 2010 International Conference on Humanities, Historial and Social Sciences, 2010, p. 250.

[4] Vital statistics annual bulletin. Marriage and divorce. Años 2001, 2006, 211, 2016 y 2021. Planning and Statistics Authority, State of Qatar.

A

Y a todo esto, ¿cómo es una boda qatarí? Hay varias celebraciones previas a la boda misma y la separación de géneros persiste. 

Antes, eran ceremonias privadas que se realizaban a lo largo de cuatro a seis días. Actualmente, son grandes celebraciones donde la familia despliega su riqueza y hospitalidad. En la casa de la novia, las mujeres tienen una fiesta de henna en la que se aplican tatuajes temporales en los brazos. También se reúnen para la noche de regalos, donde los ofrecen a la novia. Por su parte, los hombres se reúnen al aire libre en la casa del novio la noche previa a la boda para bailar las danzas tradicionales Samiri, Liwa, Habban o Tamboura. 

El día de la boda, los hombres se congregan en tiendas instaladas en el exterior y las mujeres en salones, donde los celulares son retirados para proteger la privacidad de ellas, pues se quitan su abbaya y sheila, las prendas negras que cubren su cuerpo y cabellera, respectivamente. Ellos bailan la danza tradicional Zafir con la espada. No hay alcohol porque lo prohíbe El Corán. Se ofrece un banquete de cordero rostizado, arroz, mariscos y demás platillos suculentos, además de postres. Finalmente, el novio entra al salón a besar a la novia. Una vez concluida la boda, los esposos se dirigen a su hogar, que es el de la familia del esposo o vecino a él.

LA POLIGAMIA

A estas alturas te has de preguntar sobre la poligamia. Desde antes del surgimiento del islam, las guerras y conflictos dejaron viudas y huérfanos. Dejarlos en el abandono es inhumano y mucho más en el desierto inhóspito. Es por ello que a los hombres se les permitió tener varias esposas y que las viudas pudieran casarse de nuevo. El Corán no fomenta la poligamia, pero en él se reconoció su necesidad y se reguló: no más de cuatro esposas y el jefe de familia debe darles el mismo trato, tanto en los sentimental como en lo material.

            En los últimos 20 años, el porcentaje de matrimonios entre qataríes donde hay más de una esposa ha oscilado entre el 5.5% y el 9.8%.

Cabe destacar que menos del 1% de los matrimonios tienen tres o cuatro esposas, aunque entre la familia real los tres últimos jeques han tenido tres o cuatro esposas. Lamentablemente, las estadísticas no permiten identificar en cuántos matrimonios de más de una esposa alguna de ellas es viuda.

Si bien la urbanización y la occidentalización han llegado a Qatar, el desierto y el tribalismo siguen impregnados en el ADN de los qataríes y prevalecen las prácticas matrimoniales que les permitieron sobrevivir al seco y caluroso desierto por siglos.

Continuará.

[1] Al-Ghanim, Kaltham, “The hierarchy of authority based on kinship, age, and gender in the extended family in the Arab Gulf States”, International Journal of the Jurisprudence of the Family, vol. 3, 2013, p. 342.

[1]  Hussain, R. “Community perception of reasons for preference for consanguineous marriages in Pakistan”. Journal of Biological Science, 31, año 1999, p. 449-461.

[1] Al-Ghanim, Kaltham, “Consanguineous marriage in Qatar: marriage selection in a society in transition”, Proceedings of the 2010 International Conference on Humanities, Historial and Social Sciences, 2010, p. 250.

[1] Vital statistics annual bulletin. Marriage and divorce. Años 2001, 2006, 211, 2016 y 2021. Planning and Statistics Authority, State of Qatar.

[1] Harknes, Geoff y Rana, Khaled, “Modern traditionalism: consanguineous marriage in Qatar”, Journal of Marriage and Family, 76, June 2014, p. 594.

[1] Rajakumar, M., Bengali, M., Shahzad, R., & Kane, T. “Education, marriage, and professionalization: the modern Qatari woman’s dilemma”. GENDER – Zeitschrift für Geschlecht, Kultur und Gesellschaft, 9 (1), 2017, p. 94.

[1] Vital statistics annual bulletin. Marriage and divorce. Años 2001, 2006, 211, 2016 y 2021. Planning and Statistics Authority, State of Qatar.

[1] Al-Ghanim, Kaltham, “The hierarchy of authority based on kinship, age, and gender in the extended family in the Arab Gulf States”, International Journal of the Jurisprudence of the Family, vol. 3, 2013, p. 353.