Poemas de María Mercedes Andrade
Julio 2024
Autora: María Mercedes Andrade
Por La Autopista
Quiero creer que hay un lazo
entre las generaciones,
que unos hilos invisibles
engarzan a abuelos, padres, hijos.
Que las cadenas de atavismos
tejen redes y nos atrapan,
nos cobijan.
Pero percibo ese nudo
solo en su versión menor:
en un rasgo o en un gesto compartido.
En un tono de voz común,
en el código que dicta
el arco de una ceja o lo afilado de una quijada.
Más allá de eso
me veo separada de la fuente.
Desgajada, fluida, disuelta.
Voy con mis hijos en una barca que flota sola,
o es tal vez un carro por la autopista
que va a su ritmo, busca su rumbo,
y al que no esperó la caravana familiar.
Alcanzo a imaginar el gesto de impaciencia
y nosotros, por ahí perdidos.
O no: nosotros juntos.
En la Isla de los Pavos Reales
“Había estado buscando algo que hubiera hecho
que la isla fuera completamente mía, que hubiera
hecho que se abriera exclusivamente para mí.
Con una sola pluma la habría poseído.”
Walter Benjamin, Infancia en Berlín
Fui a buscarte.
Era un peregrinaje.
Primero tomamos un barco por el río
que luego atravesamos por ferry.
Tras tu rastro.
Y fui con mis dos hijos,
su infancia tan lejana a la tuya
(la de ellos se aleja también).
Como buenos turistas
admiramos los rosales,
recorrimos caminos de arena
y nos adentramos
en los bosques cultivados.
Jugamos a perdernos
pues yo tampoco sé leer un simple mapa.
Nos encantaron los sauces,
las plantas desconocidas,
el lago inesperado,
y encontramos una fuente en medio de los árboles.
Yo pensaba en los románticos
y tomaba fotos
mientras mis hijos jugaban a la guerra
y se cansaban.
Vimos los pavos reales,
algunos en jaulas
y otros libres por los prados
ante ese castillo
de una anacronía absurda.
También entonces estaba cerrado,
nosotros tampoco encontramos una pluma.
Medea en la peluquería
Medio mareada con el vaho químico,
nada qué hacer salvo esperar.
El tiempo se diluye a gotas
en esta pecera
mientras yo examino con cuidado
mi cara en el espejo
y me digo que, a pesar
de esta luz cruel,
no podría decir que está tan mal.
Parte del truco
está en acostumbrarse,
pero al fin y al cabo ha habido tiempo:
esto no sucedió ayer.
Me gusta incluso
la intensidad
de los ojos que me miran,
aún a costa de una expresión risueña,
aún con el descenso general
de una quijada,
aún a pesar del descenso general.
Mi pelo erizado
sigue siendo pavoroso.
Los hijos no son tuyos,
así que estarán a salvo.
Pero ojalá que tú sepas cuidarte.
María Mercedes Andrade. Ha publicado los libros de cuentos Hubiera querido llamarme fuego (Sílaba, Colombia, 2022), Los inspectores y otros cuentos (Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2017) y la novela corta Elegía para una insomne (Cuarto Propio, Santiago de Chile, 2007), traducida al italiano como Elegia per un’insonne (Coppola Editore, Trapani, 2008). Es autora de los poemarios Puñal (FCE, Bogotá, 2024) y Grafía (La Jaula Publicaciones, Bogotá, 2017), el cual se publicó también en una versión de la autora en inglés, titulada Graphia (Dancing Girl Press, Chicago, 2020). Sus cuentos y poemas han aparecido en revistas como El malpensante, Otro Páramo, Galerna, entre otros, así como en las antologías como Contar la vida como contar los pasos (Sílaba, Medellín, 2023), y Cuentos y relatos de la literatura colombiana Tomo III (Fondo de Cultura Económica, Bogotá, 2021), entre otros. Es profesora de Literatura en la Universidad de los Andes.