Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Lugo y su bola de cristal

Por José Antonio Lugo

Mayo 2023

 

Anestesia se ha convertido en una espléndida revista literaria. Tiene una sección -la que estás leyendo, estimado amigo lector-, que tiene por título “La bola de cristal de Lugo”. La bola de cristal, como objeto y como metáfora, trae implícita la idea de ver el futuro. De aquí surgen dos preguntas: ¿por qué tener una columna así en la revista? y ¿se puede predecir el futuro? Intentaré responder a ambas interrogantes en las líneas que siguen.

            Creo que la palabra esotérico sirva para colocar dentro de ella aquello que no podemos entender, pero que no por ello no existe. Inmediatamente algunos de ustedes saltarán y me dirán que las cabras ya se subieron al monte. Quiero recordar con ustedes la estupenda novela Rasero, de Francisco Rebolledo, en la cual los personajes son destacadas figuras del siglo XVIII, entre ellas Lavoisier. Antes de este químico genial, se usaba la palabra “flogisto”, vocablo que servía para definir lo que no se podía definir. Lavoisier descubrió el oxígeno, que el oxígeno tiene un peso, y entonces se dejó de usar la palabra flogisto. Así funciona la ciencia. Ahora bien, a pesar de la Inteligencia Artificial, hay miles de cosas que todavía no sabemos, para las cuales utilizamos sustantivos o adjetivos que descalifican modos alternativos de sanación, entre muchos otros temas. Mi amigo el antropólogo Saúl Millán -becario de narrativa, como yo, de Alejandro Rossi- afirma que los rituales de sanación -efecto placebo o no- son eficaces. Tan lo son, que se siguen practicando desde hace miles de años en todas las culturas del mundo. Si no fueran verdaderos, afirma, no se seguirían llevando a cabo.

            Con respecto a la segunda pregunta… Bueno, desde la física cuántica se abre una rendija que afirma que el espacio-tiempo es una categoría, digámoslo así, flexible. En algunos de los mejores episodios de Viaje a las estrellas, la nueva generación, estupenda serie de ficción científica, se juega con el concepto hasta el punto en que, al romperse la secuencia temporal, el mundo está en peligro. Ahora bien, es FICCiÓN científica, no lo olvidemos (y no vuelvan a decir ciencia-ficción, porque la ciencia no es ficción).

            Lo cierto es que hay quienes ven el futuro. Nostradamus es quizá el más famoso. Pero no necesitamos regresar a Francia hace varios siglos. Todos conocemos a personas que intuyen -incluso ven- acontecimientos que luego suceden y que NO querían que sucedieran. Es decir, si odio a mi vecino e intuyo su muerte, quizá sólo estoy proyectando mi deseo de verlo desaparecer. No me refiero a eso, sino a quien ve acontecimientos en los que no está involucrado emocionalmente, ni quiere que pasen, ni es lógico que sucedan, pero acontecen. Mi respuesta es: sí se puede ver el futuro. Como astrólogo y tarotista, he dicho cosas que han pasado y que, en el momento de la predicción, resultaban improbables, por decir lo menos.

            Como no soy el tema de esta columna, pensemos en, quizá, el mejor poeta del siglo XX, que también era astrólogo: Fernando Pessoa. En los manuscritos astrológicos de Pwssoa rescatados de la Biblioteca Nacional de ese país se encontró el cálculo astrológico que hizo de su propia muerte. Se equivocó por dos meses, pero no por mal astrólogo sino por haber sumado una cifra en vez de restado; es decir, por disléxico. ¿Qué decir ante esto? Seguiremos en otras colaboraciones en nuestra querida revista Anestesia.