La flor de Valencia
LA FLOR DE VALENCIA
Por Samuel Ronzón
Junio 2022
Mientras escucho a mis amigos hablar de las esposas que impiden que uno sea un coleccionista, él debía esperar a que cayera la noche para meter en su casa un baúl comprado en La Lagunilla), (o decirle tajante: pero si esa lámpara ha estado en casa desde hace tiempo), o de las mujeres que en Paris hablan siempre en tiempo presente, pienso que he ido perdiendo lo poco que tengo de escritor, a medida que no puedo escribir nada, sin ofender a alguno de mis conocidos. Sin duda, todo lo que hace el hombre es risible o humorístico.
No sé, me dijo, después de preguntarle qué haría con el poemario con el que concursó en el Premio Aguascalientes. Quizás enviarlo a otro, en espera de que corra con mejor suerte. Lo que importa es participar, siguió reflexionando. A él lo conozco como narrador, si bien no he leído sus novelas. Una vez lo escuché al ser entrevistado en un programa en la radio, y la entrevistadora se deshacía en elogios. La sorpresa fue que me regalara su poemario Tolvanera, publicado por Diablura Ediciones, que habla de la ternura y su hostigamiento.
Aquí todos se han dedicado a la literatura muy a fondo; y están enterados de las novelas que se han escrito últimamente. Hablan maravillas de Irene Vallejo y su junco. Conocen la técnica a diferencia mía que me baso en el instinto poético. Hay quien dará un curso sobre Joyce y acaba de releer el Ulises. La tarde transcurre sin mayores angustias. Nadie me pregunta si he leído Ulises. Cambio de conversación. Marilyn Monroe sigue encabezando la lista en los sueños eróticos. Tampoco me pidieron mi punto de vista.
Los veo platicar, mientras pienso en las muchas cosas que no he alcanzado. Quiero decir que eso, que lo otro, que todo me tiene muerto. Es cierto que ellos piensan diferente, que el gobierno, que el equilibrio, que las mujeres, es cierto, es cierto. Pero si somos lo que somos, ¿qué queda? Es que uno responde las mismas palabras para las mismas cosas de siempre. Y sin embargo, podría hablarles de lo que ignoran. ¿Han visto ustedes un gesto de ternura en el rostro de un extraterrestre?
Bueno querido lector, así es la vida que estamos recorriendo juntos. Hasta la próxima.