Revista Anestesia

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La bola de cristal de Lugo

Dice el Diccionario de la Real Academia que esot茅rico es “lo que es impenetrable o de dif铆cil acceso para la mente”, y que era “una doctrina de la Antig眉edad que era transmitida por los fil贸sofos s贸lo a un reducido n煤mero de sus disc铆pulos”.

En otras palabras, lectores de Anestesia, no sabemos lo que es esoterismo.

Ahora bien, lo que le interesa a la bola de cristal es establecer puentes entre ese conocimiento oculto y la literatura, a trav茅s del an谩lisis de autores que se han adentrado en las ciencias ocultas o cuyos personajes lo han hecho.

Quiero comenzar esta columna con el que quiz谩 haya sido el mejor poeta del siglo XX, Fernando Pessoa. Conocemos a su poeta ort贸nimo -Fernando Pessoa- y a algunos de sus heter贸nimos, como Alberto Caeiro, 脕lvaro de Campos, Ricardo Reis y Bernardo Soares.

En 2010 fui a Estoril, Portugal para participar con una ponencia en el Congreso Ib茅rico de Astrolog铆a. Un colega portugu茅s nos revel贸 al heter贸nimo astr贸logo Rafael Baldaya. Pessoa fue un reputado astr贸logo que llam贸 la atenci贸n del gran mago Aleister Crowley, que lo fue a visitar a Lisboa.

En la Biblioteca Nacional de Portugal se conservan miles de hojas escritras a mano por Pessoa con sus apuntes y c谩lculos astrol贸gicos.

Por cierto, Pessoa naci贸 el 13 de junio de 1888 en Lisboa y dos d铆as despu茅s, el 15 de junio de 1888 en Jerez, naci贸 Ram贸n L贸pez Velarde, “nuestro Pessoa”. Las dos cartas astrales son, a pesar de la distancia geogr谩fica, muy parecidas.

En cada entrega de esta bola de cristal develaremos alg煤n paisaje oculto en el espacio en que se cruzan la literatura y las ciencias ocultas.

Entrega n煤mero 2

El libro m谩s inteligente que he le铆do en los 煤ltimos tiempos es El conocimiento perdido de la imaginaci贸n, de Gary Lachman, publicado por la editorial Atalanta.

El libro nos recuerda c贸mo, desde los antiguos griegos y de manera especial a partir de la Revoluci贸n Industrial, el mundo se ha desencantado, considerado s贸lo como verdadero aquello que es medible seg煤n el m茅todo cient铆fico. Sin embargo, diversos pensadores, ocultistas, astr贸logos, poetas y visionarios siempre han opinado lo contrario, que hay un mundo simb贸lico, vivo, y que es cocreador de la realidad. Para los mecanicistas seguidores de Newton, todo esto es fantas铆a, ficci贸n literaria y, por lo tanto, es conocimiento no v谩lido.

Es un gran debate al que le han entrado incluso fil贸sofos especialistas en la hermen茅utica, como Paul Ricoeur: “La conciencia descubre que ella es dadora de sentido” (p. 95). Ahora bien, hay que comprender que estamos hablando de imaginaci贸n, de conciencia, no de fantas铆a. La fantas铆a es. un ejercicio del pensamiento sin fundamento en la Naturaleza y no significada nada. En cambio, la imaginaci贸n nos permite ver nuestro “firmamento interior”, “el universo que se extiende dentro de nosotros mismos de la misma manera que el universo astron贸mico lo hace en el exterior” (p. 115).

Esa visi贸n es un estado liminal, llamado “estado hipnag贸nico”, en el que nos encontramos entre el sue帽o y la vigilia, y que experimentamos cuando nos dormimos y nos despertamos. Es un estado creativo en el que cual podemos tener visiones est茅ticas, pero tambi茅n en el que podemos percibir lo que va a suceder o entender de un plumazo -es decir, dar sentido- a nuestra vida y a nuestros procesos.

Swedenborg “que conversaba con los 谩ngeles en las calles de Londres” (Borges) cre铆a, como muchos ocultistas y todos los astr贸logos, en la doctrina de las correspondencias, “seg煤n la cual hay una correspondencia entre los eventos de la tierra y los de los reinos espirituales”. Todo el mundo natural, escribi贸 Swedenborg “se corresponde con el mundo espiritual; no s贸lo en general, sino tambi茅n en sus detalles”. (p. 129).

Ahora bien, no se trata de sincronizarnos con el mundo, como si el mundo fuera una pareja experimentada de baile con la que debemos acoplarnos. No hay esa divisi贸n entre la c谩scara y el interior de la nuez: ambas son la nuez. Al cambiar la percepci贸n del hombre, cambia la forma. “La forma no es fija”. Lo sab铆a Goethe: “Cada vez que se revelan nuevas esferas y profundidades de la existencia por una incursi贸n en lo desconocido, dichas experiencias deben incorporarse a una realidad m谩s completa, la cual puede conducir a una perfecci贸n de la forma m谩s amplia e integradora. Una y otra vez la totalidad de la existencia debe ser establecida, y una nueva totalidad, m谩s amplia y compleja, debe ser asimilada”.

Coleridge lo expres贸 de otra manera: “La imaginaci贸n primaria es el poder viviente y el primer agente de toda percepci贸n humana”. Rudolf Steiner lo confirma: “La tarea del hombre no se limita a formarse una imagen del mundo terminado. No: el hombre colabora para que el mundo cobre existencia. El contenido de la realidad no es m谩s que el reflejo del contenido de nuestras mentes”.

El autor termina su libro afirmando: “El futuro del mundo de los fen贸menos ya no puede considerarse por entero independiente de la voluntad del hombre. Si somos lo que comemos, el mundo es lo que pensamos”.

Desde hace veinte a帽os doy clases y consultas de astrolog铆a y tarot, en forma paralela a mi trabajo literario.

Me he interesado en especial en aquellos autores que, como afirma Lawrence Durrell en El Cuarteto de Alejandr铆a, se han cuestionado sobre los l铆mites de lo real. Mi escritora favorita, Marguerite Yourcenar, en su obra maestra, Opus Nigrum, nos describe a Zen贸n, el personaje principal, como un astr贸logo, m茅dico, alquimista, lector de La filosof铆a oculta de Paracelso, de Pico de la Mir谩ndola y de los dem谩s ocultistas del Renacimiento, que tan bien retrat贸 Frances Yates en su libro sobre las claves del ocultismo en la era Isabelina. La obra negra, el Nigredo -al que se refiere el t铆tulo de la novela de Yourcenar- es la disoluci贸n. Hay que “disolver” la percepci贸n, los paradigmas de nuestra estrecha visi贸n, no para caer en la fantas铆a -suerte de ataque psic贸tico- sino para entrar en el reino de la imaginaci贸n y su poder cocreativo, prof茅tico, en esa visi贸n de 360 grados que ven quienes comen hongo, pero sin necesidad de un agente externo, como la mescalina, el alcohol o cualquier sustancia que cree un estado alterado de conciencia.

Quiz谩 no se trata de “alterar” la conciencia, sino de crear “una nueva conciencia”, despojada ya de paradigmas. obsoletos para este mundo en cambio acelerado.

Seguiremos en otras colaboraciones de La bola de cristal de Lugo. Gracias por leer Anestesia. Gracias por leerme.