Se acabó 2023. Empezamos el año con un conflicto -Ucrania- y acabamos con otro -Palestina-. Llegó Javier Milei a Argentina a imponer medidas drásticas. En 2024 se decidirá si se relige Biden o si gana Trump y se renovará la presidencia en México. El huracán Otis arrasó Acapulco. Las instituciones políticas, aquí y en China, se han debilitado considerablemente. Hay una crisis de liderazgo y representación política.
En términos artísticos, sobre todo literarios, el debate está en qué grado de autoreferencialidad deben tener las obras literarias. Annie Hernaux, la escritora francesa ganadora del Premio Nobel de LIteratura hace un par de años, nos muestra las entrañas. Delphine de Vigan con su novela Basada en hechos reales (Anagrama) señala que los lectores “quieren sangre”, siempre y cuando sea autoficción y no ficción.
Mientras todo esto sucede, a finales de 2023 tenemos dos fenómenos cósmicos. Por un lado, Mercurio retrógrado, que nos recuerda que es tiempo de dar pasos hacia atrás, reflexionar, detenernos para repasar y revisar lo que hemos hecho. Por otro lado, tuvimos el 12 de diciembre la luna nueva en Sagitario y tendremos el día 25 la luna llena en Cáncer. Estas configuraciones nos darán la oportunidad de reflexionar sobre la familia y nuestros seres queridos, así como si nos estamos alimentando -física y espiritualmente- con lo que nuestro desarrollo pleno como seres humanos requiere.
No olvidemos que la astrología es una tradición cultural que tiene un valor simbólico y que es producto de la imaginación.
Esperamos para 2024 una total recuperación de Gabriela Santamaría, capitana de este barco anestésico. Y lo mejor para todos los lectores…