Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Infestados en el aroma de los anhelos

Por Ethel Krauze

Enero 2022

 

  1. INFESTADOS, de Cristina Liceaga

Ese personaje siempre risueño, en las presentaciones de las autoras mexicanas, en ferias del libro por todo el país, entrevistando, grabando, subiendo a redes los carteles, las reseñas… en fin… la presencia impostergable de las cada vez más numerosas mujeres entrando con el pie derecho por la puerta de la literatura en nuestro país. Tres años de andar arriba y abajo, Cristina empezó a volverse imprescindible, ubicua, refulgente, en la trayectoria de escritoras jóvenes y no tan jóvenes que no contaban con las oportunidades de tener espacios de proyección en medio de la competencia de un mercado editorial tan reñido y comercializado. De pronto ya había creado una página, un logo, una plataforma de difusión, una convocatoria para antologías de cuento, ediciones, coediciones, presencia en la Fil de Guadalajara… Escritoras MX, es ahora un referente de los ya varios, por fortuna, proyectos culturales independientes que funcionan en horizontalidad, sororidad, inclusión y calidad. Ha ido creciendo, además, reuniendo a otras escritoras y promotoras que se suman y lo ramifican, y ahora, felizmente, también existe la FENALEM, la primera Feria Nacional de Escritoras Mexicanas que entrará en 2022 en su tercera emisión. También tiene una tienda virtual con las obras de escritoras mexicanas que no se encuentran fácilmente en los circuitos comerciales.

Pues, Cristina Liceaga es también novelista. Tuve el gusto de presentar Infestados, en su primera edición, meramente digital, en Bitácora de vuelos, y me sorprendió la fuerza de su narrativa, su lenguaje poético, la audacia para entrar de lleno en terrenos pantanosos como el incesto, la depresión y el suicidio, y dejar a los lectores con un temblor en el corazón.

Ahora, en esta versión impresa, he escrito a manera de presentación en la contraportada:

Ésta es una auténtica novela, con su trama, su drama, sus personajes que se mueven en un destino que los une entre distancias y cercanías, su saga familiar con sus sombras y secretos, su prístino lenguaje puesto para contar, describir y descubrir el mundo que se narra.  No apuesta por experimentos estilísticos que se vuelven sólo moda o estrategia, sabe dar en el blanco de la historia. Una novela como el buen té que seduce por el aroma natural y la cuidada preparación de sus hojas/palabras y el buqué/cadencia de sus imágenes poéticas.

La he vuelto a leer ya que la tuve en mis manos y encuentro una nueva congoja: la melancolía que deja la imposibilidad de cambiar los hechos, la conciencia de que se está viviendo un destino del que no se puede escapar, pero, aun así, hay que vivirlo a plenitud… Como Héctor en la batalla contra Aquiles, sabe que no hay forma de esconderse, lo espera la muerte, como a todos, sólo que algunos saben cuándo y cómo y hacia allá se dirigen en heroica actitud.

Infestados en una tragedia en el sentido clásico del término. Una familia, como un pueblo, como una comunidad, tiene la marca de un destino, sus miembros están infestados, se pasarán la estafeta uno a otro, no hay otra historia.

Finalmente, es el destino humano lo que nos acongoja en toda tragedia, somos el único ser que se reconoce mortal. La poesía es la única forma de embellecer ese destino, de volverlo heroico, de hacernos sentir grandes, cuando en realidad, nos advierte la autora: Estás ahí. Partida en cachos. Así inicia la novela.

A leerla, pues, a sumergirse en esas aguas.

Enhorabuena.

 

  1. EL AROMA DE LOS ANHELOS, de Mónica Castellanos

 

  1. ¿Cuál es el aroma de los anhelos?

El cuerpo de una mujer, el cuerpo de un hombre, las violetas, los cítricos; el aliento, el sudor; la tierra que se impregna en los vestidos, la lluvia que viaja por los cabellos; el miedo, la espera, la ensoñación, la duda, los silencios que se cortan con cuchillo.

El aroma de los anhelos es todo aquello que está al alcance de la mano, pero no se puede tocar. El beso en la punta de un sueño, y sólo eso. Es el drama del tormento de Tántalo en el mito griego: su castigo consiste en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla, bajo un árbol repleto de deliciosas frutas. Cada vez que intenta tomar una fruta o sorber algo de agua, éstos se alejan de su alcance, mientras que sobre su cabeza pende una enorme roca oscilante que amenaza con aplastarlo.

Todo anhelo es un aroma persistente, inalcanzable. Una punzada de felicidad en el corazón desesperado.

  1. ¿Cuál es el hit de esta novela?

Haber logrado una épica femenina dentro del drama de la Revolución Mexicana. Mónica Castellanos ya nos había sorprendido grandemente en Aquellas horas que nos robaron,             haciendo gala de sus estrategias narrativas para desdoblar voces, tiempos, espacios y construir una novela histórica sobre la inmigración española durante la Guerra Civil, ganadora del Premio Antonio García Cubas en 2019.

En El aroma de los anhelos entra por otra vía en la novela de época: aquí hay una historia de amor naciente, atravesada por el violento despertar de una Revolución en el Norte del país. Todo parece que seguirá su curso. La autora sabe contar, desde luego, con pericia, con minucia, los detalles de la vida de hacendados y militares de abolengo, los usos y costumbres tradicionales que refuerzan los estereotipos de silencio y sumisión para las mujeres y el deber y el honor para los hombres. Sin embargo, la historia, lentamente, casi imperceptiblemente, y con una gran eficacia literaria, empieza a girar, a flotar, resquebrajando las expectativas, para mostrarnos al personaje femenino como el detonador de ambas historias: el drama familiar y la épica revolucionaria. La joven que cruza un amor imposible e ilimitado, cruzando fronteras geográficas, sociales, morales. Bajo el corsé que la asfixia, lleva un corazón encendido y un mensaje que cambiará el curso de los acontecimientos.

Nunca hubo nunca. Siempre hubo anhelo y el aroma es lo que queda impregnándose en nuestro estremecimiento.

 

  1. ¿Por qué la recomiendo?

Sólo Cartucho de Nellie Campobello, se conoce como una obra del México Revolucionario escrita por una mujer. Es un conjunto de relatos, crónicas, viñetas, narrados desde los ojos de una niña que describe con la simpleza y con la crudeza de quien las ha visto y vivido cotidianamente, escenas tanto hilarantes como violentas de aquellos años. Una obra extraordinaria que puede aglutinarse como una novela y que en su momento fue recibida con reticencia y puesta al margen, por varios motivos, sexistas y políticos entre otros. Es ahora cuando empieza a visibilizarse y a revaluarse como era debido.

Veo a El aroma de los anhelos como a una sucesora de Cartucho, en el sentido en que es la mirada de una protagonista femenina la que encarna la historia. Pero no sólo eso, en este caso, es la mujer la que participa directamente en los sucesos de la vida pública, tradicionalmente destinados a los hombres.

La recomiendo, especialmente, porque la magia de la autora no nos prepara para el final. Nos engaña dulcemente y nos deposita, finalmente, en el centro de la hoguera, para que nunca olvidemos a qué huelen los anhelos.