Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Ethel Krauze,  mujer inspiradora y constructora de espacios comunitarios  y espirituales para escribir.

Por Gela Manzano

Mayo 2023

 

 

      Conocí a Ethel durante una charla que ofrecía sobre creación literaria en el CIDHEM hoy Colegio de Morelos, al lado de Ileana Albalá, allá por el año 2015, cierto que yo había leído tiempo atrás Cómo acercarse a la poesía (1992).  Esa tarde la escuché atentamente, aunque siempre he tenido la sensación de que la conozco hace como mil años.

      Lo primero que me llamó la atención fue su prosa fluida cuando comentaba sobre su libro La casa de la literatura (2003). Me atrapó. Al final nos quedamos platicando larga y tendidamente, nos falto tiempo para terminar la platica.

       En   La casa de la literatura Krauze emplea el concepto de la casa como una metáfora para ir hilvanando una alegoria de la literatura como su espacio más íntimo, el sitio de su vocación, aquella en la que habita la ficción literaria.

       De allí pal’ real, comenzó una relación entrañable, sororal, de empatía y de mucha retroalimentación nutrida con largas charlas frente a una taza de café, sobre la mesa proyectos, intercambios académicos, recomendaciones de lecturas y charlas interminables.

     He imaginado a la Ethel, niña solitaria escribiendo compulsivamente para aferrarse a la vida. La niña escondiendo bajo su almohada los secretos de familia, la niña llorando los abusos de los mayores, la niña descubriendo la escritura como la tabla de salvación durante su noche oscura. He imaginado a la joven egresada de la UNAM que hizo periodismo cultural en televisión recomendando como acercarse a la poesía, cito fragmento de su libro: “Vida y poesía van de la mano y se entreveran hasta convertirse en un resultado de la otra, porque la poesía, más que un conocimiento del mundo es experiencia entrañable, visceral, una manera de estar en el mundo”.

      Ethel me ha platicado que empezó a escribir siendo muy joven, ella dice que ha escrito desde siempre:

      “Empecé a escribir poesía y narrativa casi simultáneamente, de hecho, en 1982 se publicaron al mismo tiempo mi primer libro de cuentos que se llamó Intermedio para mujeres y mi primer libro de poesía, Poemas de mar y amor dentro del volumen un tren de luz con Kyra Galván y Beatriz Nogal y también se publicó una plaqueta que se llamó Niñas que incluía un cuento y un guion para televisión. El impacto fundamental de esta entrada por decirlo así en la sociedad literaria lo tuvo fundamentalmente Intermedio para mujeres que era una colección de cuentos en donde incluso se me llevó a llamar la femme terrible de la literatura mexicana, como que la jovencita que se atrevía a nombrar las cosas desde un punto de vista erótico que en aquella época no era muy común.  Yo no era más que hija de mi momento, de mi tiempo histórico, en ese momento las mujeres escritoras éramos todavía muy pocas en este país, pero empezábamos a tener ciertos espacios en las publicaciones y a usar nuestra perspectiva, nuestro lenguaje nuestros ecos, sonoridades y preocupaciones”. (Manzano 102).

 

       He imaginado a Ethel la autora madura escribiendo, siempre escribiendo, en el trayecto de un tren, en la playa, en la cama antes de dormir, al levantarse, en el sofá mientras descansa, en la cocina, siempre escribiendo para seguir aferrándose a la vida.

       Es cierto que escribe incontablemente, que da muchos talleres y clases aquí y allá, incansable, inquieta, siempre moviéndose. A pesar de su tenaz vocación como tallerista y lectora compulsiva también dedica tiempo a escuchar a sus estudiantes de talleres que son principalmente mujeres. Disfruta la compañía de otras mujeres, las escucha, las apapacha y ofrece siempre su sonrisa sororal. Podemos afirmar que es una mujer inspiradora que provoca a otras mujeres a atreverse a escribir.

    

Por ello es necesario subrayar  que Krauze  es pionera en la sistematización de la propuesta didáctica de  creación  literaria, propuesta  que logra condensar en Cómo acercarse a la poesía (1992) texto que se ha convertido en un libro obligatorio en las salas de lectura de la SEP en nuestro país.

    

Su larga trayectoria, con más de 40 años en la formación de escritores, maestros en literatura, coordinadores de talleres literarios en diferentes universidades nacionales e internacionales, así como en instituciones culturales le ha permitido sistematizar esta experiencia en un nuevo modelo didáctico para la enseñanza de la creación literaria con perspectiva de género, “Mujer: escribir cambia tu vida” (2008). Este último ha tenido una gran acogida en los estados de Morelos y Guerrero, como a su vez en el extranjero. Resultado de los talleres impartidos ha coordinado un gran número antologías de poesía y de narrativa, surgidos de estos.

       Deseo recalcar el impacto social que conlleva esta propuesta didáctica con perspectiva de género que ha tenido una excelente recepción no sólo con mujeres poetas, sino también con mujeres de diferentes sectores como campesinas, oficinistas, estudiantes, jubiladas, amas de casa, etc. Mujeres que nunca habían tomado una pluma y esta experiencia les permite descubir su creatividad y empoderarse a través de la escritura.

Al mirarse a sí mismas, descubrirse y contar su vida les da la certidumbre de hacerse presentes en espacios donde las mujeres hemos sido historicamente silenciadas.

Con beneplacito he constatado que las talleristas de esta propuesta didáctica se han multiplicado de manera sorprendente en todo el estado de Morelos, y así mismo este “modelo de escritura” se ha actualizado, reactualizado y adaptado como taller para personas sordomudas, por dar un ejemplo. Ha sido un proyecto exitoso que ha permitido escuchar las voces de mujeres  que apenas saben leer y escribir o que tienen el español como su segunda lengua.

    

En una entrevista que  realice a la poeta en 2017 nos cuenta:

“Nuestra generación fue la que sacó esos talleres como talleres libres, porque fue cuando la  Secrearía de Educación Publica (SEP) , luego el Conaculta y otros empezaron a hacer promoción como parte de las políticas públicas, sobre todo en cultura, promoción de los talleres literarios. Y ahí es donde nosotros entramos con todas las características de mi generación”. (Manzano 114).

      Su currículo es vastísimo, ha publicado alrededor de 50 títulos, aborda con la misma soltura la poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y teatro, además de conjugar pertinentemente, la academia, la creación literaria y el periodismo cultural.

        En el caso de Mujer, escribir cambia tu vida, Krauze afirma que es el resultado de su compromiso profesional y personal de compartir su experiencia “como mujer, escritora y maestra a otras mujeres y contribuir, en mi campo de acción, al desarrollo y valoración de una conciencia femenina en el mundo contemporáneo”. Propósito que ha logrado a cabalidad.

       Y fue entre dialogo y dialogo que elaboré un ensayo sobre su obra El amor el dolor y la espiritualidad en la obra de Ethel Krauze (2017). Consideré este título porque encierra la poética de Krauze.  Para tal tarea me leí casi toda su obra. Les platicaré brevemente sobre este texto que esta conformado por cuatro ensayos: “El amor, el dolor y la espiritualidad en la poética de Ethel Krauze”; “La otra Ilíada, un canto femenino antiguo y contemporáneo”; “Lo femenino en la narrativa de Ethel Krauze” y la última parte la denomine “Conversaciones con la autora”, porque esta compuesta por entrevistas sobre el proceso creativo, la literatura escrita por mujeres y sobre la literatura como una forma de vivir la espiritualidad. (CERRAR IDEA)

 

También ha sido catedrática en diferentes universidades de rigor académico como también de creación literaria en la Escuela para Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM). Su obra aparece en un sinnúmero de antologías nacionales y extranjeras y también ha sido traducida al inglés, francés, italiano, búlgaro, esloveno, entre otros idiomas. Ha participado en congresos, simposios nacionales y extranjeros, jurado en diferentes certámenes literarios. Su trabajo periodístico también ha sido relevante: ha escrito, guiones, producción, coordinación y conducción de radio y televisión culturales. Durante aproximadamente once años hizo periodismo cultural en radio y televisión; en el Canal 11, a través del Departamento de Escritores elaboró guiones y documentales, entre los que destaca “La historia de la moda en el siglo XX”, una serie de orientación vocacional para jóvenes “Ubícate” en esta última participó en la edición, producción, coordinación y en la conducción,  participó también  en el programa “De cara al futuro” con una sesión semanal en vivo,  dirigido al público juvenil, este programa contenía, entrevistas, reportajes y documentales. Trabajó también en Univisión Canal 13, colaboró en Radio Educación y Radiopolis con capsulas educativas y conducción en diferentes programas con Lourdes Guerrero y Ricardo Rocha. Colaboró también en la prensa en diferentes medios culturales.

Ha sido también una académica destacada, su tesis doctoral fue publicada en 2011 por CONACULTA con el título Desnudando a la musa: ¿qué hay detrás del talento literario? En este ensayo Krauze reflexiona sobre el proceso creador y sobre la existencia de una teoría de la creación literaria que pudieran establecer modelos educativos que apuntalen a promover la creación literaria.

 

Al preguntarle sobre las claves de su proceso creador me comento:

 

 “Una clave es que nunca me preocupé por el “género literario”, yo nunca ni antes ni ahora decido de antemano qué género voy a escribir, ese tipo de compartimentos está fuera de mi radar, creo que esa es una gran clave a mi favor. Otra de las grandes claves es el famoso “mito de la página en blanco” que no existe para mí porque yo no me siento a escribir enfrentada a la página en blanco entonces eso me permite disfrutar la escritura. Otra de las claves sería que tampoco existe es “el mito de la musa” o de la inspiración o convocar a alguien de quién voy a escribir o inspirar o hacer una serie de rituales inspiracionales, para mí la vida misma es la inspiración de hecho estar viva es lo que me lleva a la necesidad de compartir y escribir, entonces yo creo que esa es otra clave”.

Otra clave es que “tampoco tengo prerrequisitos” de que no puedo escribir si no es a tal hora o a tal luz de la luna o con la pluma no sé qué, yo escribo donde sea, cuando sea, y en las peores condiciones, yo escribo mis libros y de verdad no es metáfora algunos los he escrito en pedazos de periódicos, en papel de baño, en un hotel. Y también los he escrito bajo las mejores condiciones, en un estudio perfectamente conformado con máquina y computadoras. Escribo en la cama, escribo sentada, escribo acostada, en el baño, escribo llorando, escribo con música, escribo riendo o escribo angustiada. Entonces no tengo prerrequisitos, sino que para mí escribir y la literatura es una parte sustancial de la vida, es como si tuvieras requisitos para respirar pues no, no tengo estoy respirando todo el tiempo. Yo creo que esas son las claves”. (Manzano 91-92).

       

Y como debo cercar estas líneas, hablaré brevemente de uno de sus poemarios más representativo, está dividido en tres partes como lo indica el título, Convocaciones, desolaciones e invocaciones (2015), reúne tres de los temas principales en su poética: “Convocaciones” al amor y al desamor; “desolaciones” que se refiere a las situaciones dolorosas como la pérdida del ser amado e “invocaciones” que apunta hacia sus inquietudes espirituales. En una entrevista la autora confirma lo anterior:

tres grandes espacios temáticos no sólo en la poesía sino en la narrativa también; que son las “convocaciones” que se refieren al amor, los encuentros, al cuerpo, el erotismo, las “desolaciones” que se refieren a los duelos, al sufrimiento como parte de la tragedia del ser humano, y las “invocaciones” que es precisamente ya esa revelación, ese desnudarse en la invocación espiritual, nombrar al espíritu. (Manzano 59-60).

    Tres ejes concentran este poemario, el erotismo como motor del ser humano, lo doloroso de la condición humana y la búsqueda de lo espiritual. Cabe comentar aquí lo interesante que resultó la entrevista a la autora realizada en octubre de 2015, y convertida (sin que Ethel se diera cuenta), en una clase magistral que conjunta la teoría, la creación literaria y la crítica, tres aspectos que la autora maneja con gran soltura.

En la primera parte de su texto titulado Convocaciones, está conformado por tres poemas de largo aliento, los dos primeros tomados del libro Juan (1994) donde se aborda el amor de pareja; la segunda parte está compuesto por siete sonetos, que revelan la inclinación de la autora por este género, y que pertenecen al libro Amoreto publicado por Plaza y Valdez en 1999, encontramos referencias intertextuales del “Cantar de los cantares”.

La tercera parte de este apartado pertenece a su poemario Lo que tu cuerpo me provoca con claros tintes eróticos, el objeto del deseo es el hombre y no la mujer como tradicionalmente se mira, y es el marido, no el amante clandestino o ideal el que encarna el objeto del deseo. Ese tratamiento le da una particularidad al poema, que en las palabras de la autora sólo define como “una carnalidad descarnada”. Hembra y macho en una comunión donde el deseo se compara con el alimento de vida, alta temperatura corporal, regreso a la primera hoguera primordial todo dentro del sagrario revelado-manifiesto del menú servido en la mesa-lecho del amor.

En una entrevista la autora nos comenta, que desde hace más de veinte años inicia su tránsito hacia la espiritualidad desde la poesía, y la palabra como vehículo y vaso comunicante entre espiritualidad y ciencia como se demuestra en estos versos del poema.

 De esta manera la espiritualidad se le revela a través de un panteísmo cuyo lenguaje primigenio y personal es la palabra, el verbo, y sin más, esa revelación la convierte en una epifanía donde el cuerpo de Dios, su esencia (como en la antigua Grecia y la Tora) tiene un idioma que Ethel, la mujer versa, lo retrotrae a la poesía. Ethel asegura que llegó a esa conclusión después de encontrar en la ciencia y la espiritualidad, los vasos comunicantes para alcanzar un estado de equilibrio y perfección individual y cósmica.

    Marchando hacia el final de este texto haré mención de sus poemarios: Un nombre con olor a almizcle y a gardenia (2018), Abrazos nocturnos (2020) y Balada contra el tiempo (2021). Este ultimo se trata de un poemario de largo aliento que pretende remarcar la fuerza de la palabra para conjurar en contra del transcurrir del tiempo y la búsqueda espiritual que ha sido una inquietud permanente en la autora

    Otro de los poemarios que quiero destacar es La otra Ilíada (2016). Que puede ser visto como una analogía de las grandes hazañas que enfrentaban los enormes  guerreros en los cantares épicos por un lado  y  por el otro las tremendas batallas que se enfrentan las mujeres en los espacios humildes como la cocina y el cuidado de la familia, roles obligadamente “femeninos” a las que se afronta una ama de casa al limpiar cada día:   quitar el cochambre de la cocina, fregar el piso, lavar los trastes, lavar el baño el cuarto de los niños, remendar las calcetas, lavar y doblar las sabanas y la ropa de toda la familia, trabajo interminable  y exhaustivo.

      Y finalmente la más reciente novela de la que ya se ha dicho mucho en las múltiples presentaciones que se han realizado en las últimas semanas, Samovar (Alfaguara, 2023), narra la historia de tres mujeres: todas ellas sobrevivientes de muchas batallas de la vida, cada una con su propia historia, su propia cultura, pero finalmente mujeres fortalecidas por las adversidades.  Es un homenaje a las ancestras y de manera particular un homenaje a la abuela Anna.

La autora cuenta que concluir la versión final de Samovar le llevó 40 años, “no encontraba el tono, escribí varias versiones,” confiesa satisfecha de su ardua labor. “Escribía para develarme a mí misma”, recalca. 

     Escribir esta historia representa para la autora, restablecer el diálogo con las mujeres que vivieron en otra época, que pertenecen a otras generaciones, ancianas con un cúmulo de experiencias y sabiduría. Mujeres de otros tiempos, pero finalmente también han enfrentado y sobrevivido de los roles impuestos por el patriarcado. Los personajes son finalmente mujeres fuertes y sabias. Ejemplos vivientes de capacidad de adaptación y de fortaleza.

Debo concluir diciendo que la larga trayectoria de Ethel Krauze requeriría de muchas paginas para su revisión. Ahora solamente he de decir que la autora es una de las voces mas representativas de la literatura escrita por mujeres en nuestro país, se ha convertido también en un referente inspirador para que las mujeres todas se empoderen a través de la pluma y del trabajo colectivo y solidario en una cultura patriarcal que ha silenciado y violentado históricamente a las mujeres. Estoy segura que hay muchas mujeres que han acudido a su llamado para construir un espacio comunitario y espiritual a través de la escritura. Enhorabuena. Yo solamente quiero agradecerle porque siempre ha estado atenta para recordarme que la poesía nos puede salvar de los momentos más oscuros. Gracias por el acompañamiento en mi proceso para transitar y escribir Nombrar el silencio.