Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Estética trascendental en los ojos secos y los versos empapados: reseña de Anastasia y la mirada de las 1000 yardas

Por André Velásquez

Agosto 2023

 

«Hay una personalidad apabullante detrás de esta poesía completa, en apariencia hermética, pero en el fondo muy visceral»

Ernesto Castro

 

La mirada de las 1000 yardas es, en términos generales, una ilustración que forma parte del estrés postraumático que expresa un soldado producto de su participación en una guerra. No obstante, el retrato representa -hoy- todas las miradas taciturnas de seres apesadumbrados por las vicisitudes que atraviesan constantemente en el albur denominado vida.

 

Bajo esa premisa, el libro ilustrado de Melissa Olivares es un conjunto no solo de versos,  sino también de imágenes y signos que buscan representar la metamorfosis de un ser a través de sus experiencias y aseveraciones rebosantes de dolor producto de sus averías.

 

Esta idea inicial resulta útil para entender a Anastasia como un libro neovanguardista e interartístico que expresa confrontación, enfermedad, soledad, crecimiento y muerte; ejes interrelacionados y significados mediante la exploración de experiencias (pasadas y presentes) en fragmentos de un cuerpo engarzado.

 

Al atravesar los versos se percibe como la sintaxis forma la estructura del cuerpo, transitando entre el mundo sensible y el abstracto «donde se entra y no se sale con libertad» (33), donde la introspección del yo se manifiesta en Anastasia como un ser real-no real. Entonces, el lenguaje poético «con la necrofilia de aliado» (11) cobra aún mayor mérito, generando una lucha constante de diálogos con fragmentos de un cadáver ajeno o propio -perspectiva- que se entrelaza con el pasado, representando, como Paz, el mundo material opuesto al inmaterial de las palabras.

 

Cada página preserva con pulcritud sus oraciones, sin necesidad de forzarlas «las palabras (sí) son enlaces de las manos que las pisan» (13), los párrafos danzan magistralmente a través de su poética, acompañada de signos que complejizan la lectura y penetran la psique, amordazándola y consumando de cuando en cuando su abolición. El yo poético comunica estéticamente la heroicidad de la pérdida mediante una profunda interpelación del lenguaje línea tras línea, huyendo de lo prosaico, de lo cotidiano y lo vulgar; y asentándose en lo sublime para reproducir belleza.

 

En concordancia con los postulados de Malebranche sobre sí mismo, Anastasia concibe el pasado como una ocasión para hablar del presente, donde se mezclan sin solución de continuidad libertad, (in)justicia y heroísmo, dando forma estética a la poesía del silencio que cavila sobre un «enema malpuesto que desea inmolarse en el rincón de un carbón» (14). Según el sujeto poético «morir no es mucho para un héroe» (43), pero al igual que Plath, es un arte descorazonado que libera.

 

Anastasia, qué duda cabe, ha dado un paso gigantesco, mudando de la posibilidad (análisis de escenarios) a la realidad (concreción) de auscultación semiótica, cognitiva y estética de la poesía. Un logro, sinceramente, invaluable debido al entorno donde fue creado, sitiado por la cultura del rendimiento y la productividad, en la cual no existen espacios para el quehacer literario y la reflexión introspectiva.

 

Sin embargo, la poesía reverdece como expresión aislada de su contexto y progresa en este camino de esquirlas/simulacro del fin hasta alcanzar la idoneidad nietzscheana representada en Anastasia: necesaria para persistir.

 

 

 

«Está cerrada la puerta pero abierta la guerra

Dame la mano. Cerremos los ojos», p. 45.

 

 

 

 

André Velasquez es periodista y escritor. Realizó sus estudios en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Peruana Unión, donde desarrolló una investigación sobre el crecimiento del periodismo sensacionalista durante el primer gobierno de Alberto Fujimori y ganó un premio en Dirección Cinematográfica por el cortometraje «Impune». Se especializó en Redacción Periodística Multiplataforma por la Universidad Jaime Bausate y Meza, donde, además, se graduó como Magíster en Comunicación y concluyó un diplomado en la misma materia, con un estudio sobre el abordaje periodístico de la prensa escrita en torno a los conflictos sociopolíticos en el Perú durante las dos primeras décadas del siglo XXI. Actualmente, es candidato a la maestría en Filosofía y Ética Política de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

En el contexto laboral, se ha desempeñado como redactor y editor en diferentes revistas académicas/culturales como Campo de Expresión, PAIDEIA, Cocktail y Círculo Nacional de Lectores. Además, trabajó en el área de Imagen y Relaciones Públicas de la Facultad de Ciencias Humanas y Educación (UPeU), donde, también, fue asistente de cátedra del curso de Redacción Periodística. Actualmente, ejerce como comunicador y PR en la agencia de prensa LIBA y la transnacional sueca Tetra Pak.

En el ámbito literario, ha sido antologado en Campo de Expresión (2018) publicado por el Fondo Editorial de la Universidad Peruana Unión, Versos Libres (2018) y Ramillete de Versos (2019) publicados por la Sociedad Peruana de Poetas, y Conexión Lírica: antología consultada de poesía peruana (2022) publicada por la Editorial Casa del Escritor.