Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

El poder mágico que consuela de la vida

                                                                                          Ilustración: B. Vidal.



Poemas de Manuel Angel Vázquez Medel

Marzo 2021


LAS JUSTAS


“Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo”.

Jorge Luis Borges, “Los justos”.


Una mujer que cultiva su huerto para poder comer.

La que agradece que en la tierra haya agua.

La que descubre con placer por vez primera una palabra escrita.

Dos desempleadas que aguardan en silencio su ración de alimento.

La niña costurera que borda por un céntimo un color y una forma.

La cibernauta que reenvía esta página porque tal vez le agrada.

Una mujer y un hombre que escriben el fragmento inicial de un canto nuevo.

La que acaricia a una anciana dormida.

La que no justifica ni puede comprender todo el mal que le han hecho.

La que agradece que en la tierra haya Virginia Woolf.

La que lucha por que otros acepten su verdad.

Esas mujeres, que se ignoran, están salvando el mundo.




ELEGÍA A AYARI LÜDERS  (Ciudad de México 1988-2019)

“Para hablar de la poesía de Ayari, hace falta sentarse con humildad sagrada bajo un árbol de sabiduría, quitarse los zapatos y hundir los pies en la tierra”

Sofía Sánchez (San Luis Potosí, 1992)

 

Igual que ningún padre o que ninguna madre

merece el gran dolor de ver morir a un hijo,

tampoco un profesor que enseña a amar la vida

y a dar las gracias siempre a la belleza inmensa

debería escribir esta amarga elegía

a una alumna que vino desafiando los mares,

desde el otro costado, cargada de poesía.

Recuerdo, Ayari Lüders, tus poemas profundos

a veces tan terribles como la vida misma

y siempre tan hermosos como la misma vida.

En la contraventana miras las golondrinas

revestidas de luto, que vienen a estrellarse.

O lloras llanto seco y deshojas las flores

de papel sobre el agua. Con la luna te creces.

Eres mujer de tierra que contemplas el mundo:

mueres de tempestad, aunque te encuentres muerta.

Transmutada ya en luz.

Deshojamos la vida… Tú, pétalo de lluvia,

en mi memoria rota

escapas de mis dedos que desgranan palabras

cuando tan solo puedo honrarte en el silencio

viva por siempre en tu palabra, Ayari.




EL PRINCIPIO ESPERANZA

Das Prinzip Hoffnung

Ernst Bloch


Las respuestas a todas las preguntas están siempre al final

del largo recorrido que conduce a la muerte. En ella se consuma

la plenitud de todo lo vivido: el gozo y el dolor,

las luces y las sombras que tejen la existencia.

Pues somos caminantes por el camino de nuestra propia vida

hacia el abismo oscuro que al final nos acoge.

Mas la vida es hermosa cuando abrimos la puerta a la esperanza,

cuando somos capaces de mirar al futuro

contra toda esperanza. Pues eso es esperar:

abrazar la utopía que se nos niega ahora

pero que en nuestro humilde gesto de amor y resistencia

traemos a la vida, sin renunciar a ella.

Concebir la esperanza. Parirla entre dolores,

sostenerla en los brazos con la misma ternura

con que la madre acerca sus labios doloridos

a la recién nacida.

Somos seres de amor, de vida y de esperanza,

que en las noches más frías del invierno

enlazamos los cuerpos ateridos para darnos calor.

Unidos esperamos, más allá de las sombras

la luz de la mañana. El nuevo amanecer.

Esa mágica hora en que se hacen reales

los más hermosos sueños.