Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

El hoyo, el caracol y mucha sangre.

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Por Julio Sarabia

16 Julio 2020

Estoy pensándome cómo contarte lo siguiente. Ya vi la película: El Hoyo, la vi en dos partes porque ya no me puedo ver una película de un sentón, completa. Obvio eso es una tontería, pero yo hago también tonterías. La vi mientras comía y después de los quince minutos, ya tenía el estómago revuelto. Mala idea, cuando vayas a ver películas de sangre, mejor ni estés comiendo o sí, quizá ya tu espectro del horror esté muy, pero muy torcido. O como dicen, elevado. Bueno, vamos a lo importante. Obvio, al filme. La película va bien, iba bien; en principio los personajes van trazando una oscura, terrorífica, y claustrofóbica trama. Me sentí asfixiado, a ratos. Española, de ciencia ficción y thriller, esta cinta nos narra lo siguiente: Dos tipos -un viejo con un súper cuchillo y un larguirucho con un tomo del Quijote-, despiertan en una habitación, con un inmenso hoyo rectangular por donde pasa un enorme bloque de concreto lleno de comida. Sí, un bloque, que además levita. Esta película hace una crítica, de nuevo, como muchas, a nuestra decadente sociedad que con rapidez se ha convertido en un monstruo  insaciable, de muchas cabezas, colérico y berrinchudo, ávido formulador de ideas retorcida y retrogradas. Estamos viviendo el renacimiento de la verdadera Edad Media. El filme tiene harta sangre, buenos diálogos y actuaciones buenísimas. Pero el final, ¿en serio? , me parece una tomada de pelo, peor que un cuento con final abierto, ¡me cagan los cuentos y las pelis así! De cualquier modo, la recomiendo, no está tan mal, de verdad, tiene sus detalles, sus locuras, sus cositas. Buenas noches.