Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

Dossier en memoria del poeta Fernando Salazar Torres

Revista Anestesia presenta con cariño y respeto un dossier de poemas en memoria del querido poeta Fernando Salazar Torres.

Junio 2024.

Elegía a Fernando Salazar Torres

 

Por Enrique Bernales Albites (Inmanencia)

Fernando,

tus versos como orquídea que devora la tormenta,

como navío que no naufraga,

tus palabras son estrellas

trazando caminos en la noche eterna,

como frutos salvajes del jardín de las Hespérides,

devoran la luz,

En tus versos, la furia de la pasión,

la hidra de tus pensamientos se multiplica,

bailando sobre las olas, sumergiéndose

en la cálida ermita de tu ensimismado goce eterno,

Tus palabras, estrellas que disuelven el placer,

se vierten como mezcal,

caracola de tus preces,

escuchan el murmullo de tus auroras,

¿De qué modo nos alivia la muerte?

Fernando, tu ausencia muerde con saña

la sombra,

el corazón dolido,

Tu rostro no se desvanece en la memoria,

pero en las noches,

el recuerdo constante de tu ser,

¡qué saña! ¡qué muerde el corazón!

Hay noches tan solas, tan silenciosas,

que las lágrimas se vuelven lluvia o palabras que gota a gota

hacen resonar nuevamente tu voz.

Fernando, poeta de furiosa belleza,

en cada verso tuyo, arde la eternidad,

tu legado, una tormenta que no se apaga,

una luz que no se desvanece,

¡qué saña! ¡qué muerde el corazón!

***

Vortice vuoto

a Fernando Salazar Torres

Por Lidia Chiarell

 

Though lovers are lost, love shall not.

And death shall have no dominion.” 
— Dylan Thomas

Nel silenzio pieno di sussurri

te ne sei andato un giorno di maggio.

Il vento come un manto scuro

copriva il sole.

Una luce spietata nel cielo di peltro

lentamente

rivelava

spazi alieni

verso i quali camminavi

finalmente libero.

E qui in questo vortice vuoto

rimangono ora

le tue parole di poesia

che continuiamo a portare con noi

per non sentirci soli.

***

Vórtice vacío

a Fernando Salazar Torres

(Traducción al español) Por Lidia Chiarell

 

“Though lovers are lost, love shall not.

And death shall have no dominion.” 
— Dylan Thomas

 

En el silencio lleno de susurros

te fuiste un día de mayo.

El viento como un manto oscuro

cubría el sol.

Una luz despiadada en el cielo de peltre

poco a poco

revelaba

espacios ajenos

hacia los que caminabas

finalmente libre.

 

Y aquí en este vórtice vacío

permanecen ahora

tus palabras de poesia

que seguimos llevando con nosotros

para no sentirnos solos.

***

F. S. T.

                                     para ti, Fer

                      con aprecio infinito

Por Ulises Paniagua

Existe una dimensión metafísica

-justo entre el espíritu de Novalis

y la tradición del Quijote-

cierta introspección compartida

donde en medio de una charla

aparece esa persona que se revela,

en su luz, ante nosotros

Es un breve asomo

una puerta entornada

ese atisbo de sensibilidad

ante lo que, dentro, habita

Aparece la persona en su pureza

-con letras mayúsculas-

más allá de libros, de teoría

de enredadas raíces de crítica literaria

de hispanismos o cantos de al-andaluz

Se revela el niño que siempre estuvo

que nunca fue:

los ojos transparentes por compasivos

complejos y sencillos como un soneto

Entonces se entra a un remanso

del tiempo y lo incorpóreo

que se llama Amigo

Allí, entre el antiséptico aroma a hospital

-a inyecciones

y salas de quimioterapia-

se habla de amor y desamor

de anhelos cumplidos o insatisfechos

de Diótimas y sus cartas

de aquel silencioso predador que es el cáncer

del libro imposible que nunca se tuvo entre las manos

Se habla de esperanza

de trascender a otro plano

sin cuerpo

sin tiempo

sin tiento

Con la voz débil pero el espíritu en confianza

con los brazos delgados y los versos fortalecidos…

Con el sí y el no en cada plática,

a cada palabra te veo entrecerrar los párpados

Duermes

Hölderlin:

no nos dieron un estío más, oh poderosas parcas,

y un otoño que avive tus canciones

 

Querido Fernando, te extrañaremos

Mis mejores conversaciones con los poetas

no son literarias, sino aquellas que,

fuera de escena, nos tornan íntimos

lúcidos, irremediablemente humanos.

Descansa en paz, hermano

Lo ha dicho Novalis:

Loada sea la Noche eterna;

sea loado el Sueño sin fin

Eres, ya, dueño de esos dominios.

***

Poema dedicado a Fernando Salazar Torres

Por Αthiná Stylianí Michou

Vida, tú, querido amigo Fernando. Atravesaste con tu luz

las arterias del mundo!

Tus olas de creación quedaron grabadas

para siempre en la vida. Son palabras,

son personas que nacen de tu mundo,

son flores que tu luz siembran,

son vientos que tu sabiduría llevan hasta el todo,

son respiraciones que inspiraciones alientan.

Abarcan tus latidos

y viajes constantes anhelan.

***

Per il poeta Fernando Salazar Torres / Para el poeta Fernando Salazar Torres

Appositi sogni

Oltre la pioggia un fiore

l’alba finalmente

appoggiati al cielo

senza altre parole se non

memoria per non camminare nei

silenzi ma per risentire i

nostri (vecchi) passi

seduti poi sulla banchina

del porto

per allontanare

la dimensione del nulla

e non ascoltare il vento

degli occhi tristi.

Matteo Marangoni – Macerata – Las Marcas – Italia

https://www.facebook.com/matteo.marangoni.397

***

Sueños apropiados

Mas allá de la lluvia una flor

el alba al fin

apoyados en el cielo

sin otras palabras sino

memoria para no caminar en

los silencios sino para volver a sentir

nuestros (viejos) pasos

sentados entonces en el muelle

del puerto

para alejar

la dimensión de la nada

y no escuchar al viento

de los ojos tristes.

Traducción al español de Antonio Nazzaro

Centro Cultural Tina Modotti

https://www.facebook.com/centroculturaltinamodotti

 

***

¿Cómo medir el mundo y sus sombras?

Por Ana Bertha Bardales

*Con dedicatoria especial al poeta Fernando Salazar Torres (QEPD)

Hay una luz inicial

que da forma a la

primera materia:

Las esferas del universo

danzan entre el espacio

         y el tiempo

sin cálculo preciso,

tan sólo relativo.

Poco a poco,

se consolida una hermosa

         unión infinita

de puntos y agujeros,

de voces y silencios,

de misterios y descubrimientos,

de paradojas y verdades absolutas.

¿Cómo medir el mundo

y sus sombras,

esas apariencias

que pretenden serlo todo

pero que, al final, sólo nos dejan

en la caverna platónica?

Puntos eliminados

  y la recta sigue.

La recta que permite

explicar y deducir,

calcular y aclarar.

La x² existe

y deja de existir.

El número π (Pi)

se vuelve el ∞ (infinito)

y ese infinito

comienza a hablarnos

a través de la Realidad

y de la Poesía.

Esa fuerza creadora

nos arropa,

nos destruye

y nos vuelve a crear

    a sabiendas

de que estaremos

presos en una espiral

        eviterna.

Realidad poética

Realidad poetizada

Y ahí está… la luz inicial.

 

***

 

Dicen que bailan los muertos…

Por Yuleisy Cruz Lezcano 

 

(Dedicada a Fernando Salazar Torres)

 

Dicen que bailan los muertos

cuando entre ellos llega un poeta,

finalmente palabras que hacen rima

con música, finalmente alguien

que se sabe perder con las peonías

en los gramos de maravilla de un colibrí.

Finalmente alguien que por casualidad

ve una fotografía antes de tomarla,

alguien que dice lo que sucede

con una frase escrita en el viento,

alguien que trae pedazos de vida

suspendidos en los ojos.

Dicen que bailan los muertos

cuando entre ellos llega un poeta,

finalmente alguien que llega para regalar

el momento en que los cerezos

murmuran notas milenarias a la luna,

finalmente alguien que no murió

en lo que a diario a otros acecha:

la ausencia de proyectos, de sueños,

la apatía, la vida seca…

finalmente alguien que no murió

de la verdadera muerte que mata.

Dicen que bailan los muertos

cuando entre ellos llega un poeta,

finalmente alguien que descubre

el destino y sabe

convertir el amor  en algo

que se deja atrás,

algo que inventa mundos nuevos,

un adjetivo que crea paz

para que otros sepan que la muerte

no es lo que viene después de la vida.

Dicen que bailan los muertos

cuando entre ellos llega un poeta

para arrebatar de la muerte

la  disonancia, el ritmo trastornado

que no encuentra vida

en lo que el poeta deja.