Cuatro poemas de Carmen Nozal
Autora: Carmen Nozal
Abril 2023
Fotografía: Svetlana Garza
Tengo una voz
Tengo una voz oscura y triste
por la ausencia del mar.
La palabra llega y sucede otra palabra
que nombra las cosas tangibles de este mundo.
Las deshace al pronunciarlas
y el agua se vuelve gota.
Una lágrima surca el rostro de la roca
y esa piedra adentro de mi pecho se conmueve.
Algo de humanidad habita en lo que nombro.
Y me llaman las cosas ajenas a este mundo.
Aquellas que parecen no estar nunca
cuando todo se derrumba.
Un susurro palpita en mi pecho,
se desvanece y surge.
Es una estancia breve
esa vibración en este cuerpo.
La voz viene de la profundidad
desplegándose como las alas de un ave desconocida.
Alguien se aproxima a ella:
no existiría la voz sin un oído.
Algunas letras cortan flores, las desangran.
La lengua es un látigo para domar la lengua.
De la confesión nocturna en el oído derecho del Señor
Amor, cómo llamarte, si en medio de las llamas te presiento
y me vuelvo el polvo del camino entre las aguas partidas como naranjas.
Para seguirte, dejo mi piel, la carne, esta osamenta,
el peso de este cuerpo macerado en brillantes nombres.
Escribo para llamarte, Amor, escribo
versos perdidos entre los árboles,
para buscarte entre la niebla y mis visiones,
versos como antorchas que llevo entre las manos.
De la liberación que trae consigo el perdón
Para mi hijo Rumi
Quería la piedra salir de su dureza, ser
quería las alas de un ave,
un espíritu en su mineral silencio,
piernas para correr sobre la primavera,
lengua para que los nombres pudieran acostarse,
una respuesta lanzada sin quebrar los versos.
Quería la piedra mirar por los ojos de las vacas
un campo de esbeltas flores
y dejar de rumiar viejas heridas,
echarse a llorar sobre las piedras grises,
piedras que soñaban no ser piedras
y se lanzaban rodando por una gran muralla
y se pedían perdón las unas a las otras
cuando escuchaban la canción de la alegría.
Sí, quería la piedra, quería ser.
Del paso de la ignorancia a la comprensión
del lugar que ocupa el amante
El amor que siento por la Divinidad es azul profundo,
un cielo con un águila
y una cucharada de miel.
Pero también es puñado de arena,
piedra candente,
amanecer traspasado por los rayos.
Cuando la veo, mi mente se aquieta,
mis dudas se desvanecen
y un silencio me arrastra a una zona sin dolor.
Es natural como un bosque,
espontánea como una carcajada, pura como la nieve,
antigua como la piedra.
Cuando se va, me quiebra.
Un llanto desconocido brota
desde las regiones subterráneas de mi alma.
Es bueno que se vaya —me digo—
para sentir su presencia completamente.
Más allá de la distancia existe y corre por mi pensamiento
[y camina a mi lado y es permanente y es eterna y canta.
Carmen Nozal
(Gijón, Asturias, España, 1964) Reside en la Ciudad de México desde 1986. Tiene la nacionalidad española y también la mexicana.
Es Licenciada en Lengua y Literaturas Hispánicas por la UNAM y egresada de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México, SOGEM. Autora de libros de poesía, entre los que se cuentan: Visiones de piedra, Premio de Poesía UNAM, 1991. Vagaluz, Premio Nacional de Poesía Elías Nandino, 1992. Aguamor, La
Tinta del Alcatraz, 1993. Viaje al fondo de la o. Editorial Praxis. 1993. Hacia los flecos del frío, Premio Nacional de Poesía Salvador Gallardo Dávalos, 1993. El espejo de Luzbel, premiado por la Universidad Veracruzana, 1994. Equis, publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana, 1995. Palabra interior, publicado por la Universidad Autónoma del Estado de México, 1996, reeditado y corregido en el 2000 bajo el título De la palabra cacería. Juglar de silencio, JGH Editores, 1997. En el reino de la luz y otros poemas, publicado por el Ateneo Jovellanos, por ser finalista de dicho galardón internacional, España, 1999. Está incluida en la Enciclopedia de Escritores Asturianos y en medio centenar de antologías. Autora del cortometraje para animación Cuando Míster Cronos perdió el tiempo, premiado por el IMCINE y de la obra de teatro para niños El dinosaurio y la estrella fugaz. Becaria de la SOGEM y del Instituto de Cultura de la Ciudad de México.
Poemas suyos han sido traducidos a varios idiomas. En 2020, la Universidad de Oxford, del plantel Miami, tradujo una selección de poemas para incluirlos en La vuelta al mundo con 80 poetas. Durante siete años se ha desempeñado como Promotora Cultural en la Casa del Poeta “Ramón López Velarde”. Durante el transcurso de 2018 ha publicado la segunda edición de Vagaluz; República, libro de poemas sobre la Guerra Civil Española, editado por Parentalia; y Zona Cero: 286, testimonial sobre el sismo del 19 de septiembre, premiado por DEMAC. En 2020, publicó 43, libro de arte, en Espolones Editores. Su libro De la confesión nocturna, finalista en el Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo 2020, saldrá publicado próximamente.