Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

“Aquel ahora”, un poema de Jorge Valdés Díaz-Vélez

Autor: Jorge Valdés Díaz-Vélez

Enero 2022 

 

Fotografìa: Pascual Borzelli

 

 

 

Las posibilidades de volverte a encontrar

eran remotas. Una entre un billón. Y habiendo

infinitos lugares dispersos por los números

de un cálculo improbable, quién imaginaría

que te iba a ver en esa cantina, transformándote

en luz de aquel entonces feliz, o eso quisieron

creer años atrás aquellos dos que fuimos.

Estabas allí, tú de pronto y sin aviso

previo, con una tímida sonrisa, recargada

en el hombro de un tipo de aspecto deleznable

que podría haber sido yo. No reconociste

mi rostro entre la gente del bar. Aunque tal vez,

supongo, pretendías saber adónde y cuándo

miraste mis facciones, en qué sitio más joven

hiciste un alto, bajo qué extrañas circunstancias

coincidiste con alguien que se me parecía

de lejos. Pero no recordaste, si acaso

lo intentabas, a quien le prometiste un sueño

que no ibas a cumplir, cuando nos despedimos

tras una ventanilla. De vuelta en este ahora,

tu cara era la misma donde vi el resplandor

del ángelus y el tacto de un crepúsculo gris

y hermético. Llevabas rubor en las mejillas

y el cabello más negro que alguna vez tocaron

mis manos por el valle lunar de tu cintura.

La bienaventuranza fue nuestra compañera

de viaje a las estrellas tan próximas al hambre

de nuestros corazones y su dolor difuso.

Era la edad del bronce pulido de tus pechos.

Las noches fueron lentas palabras inaudibles

del mundo que brotaba sin encajes. Bebíamos

la vida entre los versos de una poeta árabe

y bailaba desnuda la luz en la terraza.

Tú entonces te encendías y el viento iba contigo

por algún callejón a sórdidas tabernas,

levantando tu falda minúscula, mostrándome

las rutas que de súbito me alzaban al misterio.

Sin duda eras feliz de forma ingobernable.

También lo fui. Lo fuimos. Te dije, lo recuerdo

como si fuera ayer, que un dios haría suyos

los rasgos de tu nombre y el vino tu sabor

de almendra y paraíso. Sigues igual, incluso

me has parecido más hermosa, quizá menos

alegre que la imagen que de ti conservé

todo este tiempo en vano. Detrás de tu mirada

no encontré el resplandor de aquella chica insomne,

sino una palidez ceniza de rescoldos

que aún parecen guardar el vértigo del fuego.

No puedo asegurarlo. Y ya tan poco importa.

 

 

 

 

Jorge Valdés Díaz-Vélez

Torreón, Coahuila, México, 24 de septiembre de 1955.

Poeta, humanista y diplomático, ha publicado diecisiete libros de poesía. Los más recientes son: Tiempo fuera (1988-2005) (México, UNAM, 2007), Los Alebrijes (Madrid, Hiperión, 2007), Kilómetro cero (Saltillo, Universidad Autónoma de Coahuila, 2009), Qualcuno va (-edición bilingüe español-italiano) Foggia, Sentieri Meridiani Edizione, 2010), Otras horas (Santander, Quálea Editorial, 2010), Herida Sombra (Monterrey, Postdata, 2012), Nudista (Saltillo, Secretaría de Cultura de Coahuila, 2014) y Parque México (Sevilla, Renacimiento, 2018).

Se le han otorgado el Premio Latinoamericano Plural (1985), el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1998), el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana (2007) y el Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado (2011). Ha sido traducido al árabe, francés, griego, italiano, portugués, neerlandés, rumano e inglés.

Parte de su obra está incluida en numerosas antologías de poesía mexicana e iberoamericana publicadas en México y en otros países de América Latina, así como en Argentina, Bélgica, España, Reino Unido, Italia, Grecia y Marruecos. Es miembro distinguido del Seminario de Cultura Mexicana y consejero editorial de diversas revistas universitarias. Ha sido miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.

También ha formado parte del jurado de distintos certámenes literarios, como el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Premio Internacional de Poesía Miguel Hernández-Comunidad Valenciana y el Premio Nacional de Poesía Enriqueta Ochoa.

Como Miembro de carrera del Servicio Exterior se desempeñó profesionalmente en las embajadas de México en Argentina, Cuba, Marruecos y Trinidad y Tobago, y en el Consulado General en Miami, Florida, Estados Unidos de América. Ha también director del Centro Cultural de México en Costa Rica y del Instituto de México en España, países donde además fue Consejero cultural.