Revista Anestesia

𝙴𝚕 𝚍𝚘𝚕𝚘𝚛 𝚜𝚎 𝚚𝚞𝚒𝚝𝚊 𝚌𝚘𝚗 𝚕𝚎𝚝𝚛𝚊𝚜

La voz de una cuenta la historia de muchas

Por Ethel Krauze

Octubre 2021

 

 

 

Mamá

Estábamos mirando a mi hija que jugaba a sus pies. Había venido a visitarnos y a traer unos regalos.

            -Tuve cita con el ginecólogo -dijo así, de pronto. Alcé la vista, me di cuenta de que buscaba cómo decirme algo-. Es que tengo una bolita. Mira, toca. Me van a hacer estudios.

            Para mi escándalo, llevó mi mano a su pecho y me hizo tocar la bolita. Sentí que me caía un rayo en el cerebro.

            -Pero yo estoy tranquila. Lo que haya que hacer, pues que se haga -sentenció.

            Esa frase no la dijo una, sino todas las veces posibles. Para el primer diagnóstico, para la primera cirugía, para el segundo diagnóstico un año después, para la segunda cirugía, para la doble mastectomía…

            El día en que mi hermana y yo le vimos el torso descubierto, nos miramos con un horror culpable que nos dejó paralizadas. Mamá no se dio por enterada, se puso el tremendo brasier y se vistió.

            Alguna vez le pregunté en directo cómo se sentía, pues mi vocación de escritora no es muy amiga de los silencios.

            -Ya no tengo nada de mujer -me dijo mamá, con una especie de sonrisa entre irónica y reflexiva-, hace muchos años me quitaron la matriz, y ahora los dos pechos. Pero ¿sabes qué? No me importa. Yo sigo siendo la misma mujer que siempre he sido.

            Nunca me abandona el deslumbramiento de esta frase de mamá.

 

Éste es un fragmento de mi testimonio “Aquellas otras rendijas”, en el libro La voz de una, en el que nos unimos diez escritoras mexicanas en el marco del 19 de octubre, Día internacional de lucha contra el cáncer de mama, para contar la historia de muchas mujeres que han sobrevivido o que han acompañado este trance. El volumen viene en versión impresa y digital, descargable gratuitamente con el código QR en los productos del sello Zwan Rosa.

            Amigas y admiradas escritoras nos acompañamos unas a otras en estos renglones que nos han llenado de abrazos, ahí nuestras lágrimas han iluminado momentos gloriosos con el amor de por medio. Esperamos que estas páginas sirvan para lo propio a las mujeres que nos lean, a los hombres que están ahí, mirando por las otras rendijas del esposo, el padre, el hijo, el hermano.

            La incansable y generosa invitación de Paulina Vieitez, quien coordina y prologa esta múltiple voz, además de ser ella misma una de las autoras, no ha podido más que conmoverme y llenarme de gratitud. Si no hubiera sido por esta convocatoria, iniciativa de Qualtia y la creatividad de Liebre y Zwan Rosa, para sumarnos a favor de la sensibilización ante el cáncer de mama, que, detectado a tiempo, puede ser curado, no habría yo acabado por nombrar las vivencias que describo en mi testimonio.

            Nombrar es, finalmente, comprender. Nombrar es ponerle un sitio a cada escena en el río de la memoria. Nombrar es construir una casa para cada momento, honrar la experiencia, descubrir su sentido.

            Las mujeres construimos mundo al nombrar lo que vivimos. No sólo “nuestro” mundo, sino el mundo, un poco más de mundo; cada una, una hectárea, un pueblo, un país, un continente, un planeta, un nuevo sistema solar, un nuevo universo para sentirnos libres.

 

La voz de una cuenta la historia de muchas, antología de historias presentada por Zwan Rosa, 2021

Las autoras: Mónica Castellanos, Ethel Krauze, Mónica Salmón, Mónica Lavín, Amaya Blas, Edmée Pardo, Jenny Asse, Adriana Malvido, Ligia Urroz, Paulina Vieitez