Poemas de Léon Cuevas

Agosto 2025

Nimbus

 

Hay veces que el cielo despejado

y hay veces que es techo

de quienes no sueñan,

mar abierto de concreto

a las alturas

y al filo de preguntar

si esparcidos nacemos,

en segundos,

de un lugar nativo

como las nubes,

también existimos de instantes,

difuminados

de no caber,

pero estamos ahí,

siendo solo el aire,

el humo de otro sueño

que nos dibuja artificiales,

nos vuelven imagen,

nos exhiben al albor,

ilusión con diseño de interiores,

nublos en pasarela de modas;

no cargamos las lluvias,

traemos confines con los

peores y feroces portes,

nos toman fotos

junto a Berdnaut Smilde

o diseñadores de renombre,

que al canto sacro

en neblina de concreto,

para estar en boga,

o para eso, para solo estar.

Entre reflectores,

transitorias,

velozmente estamos

para no estar,

quedamos, para no ser,

posamos para vivir poco,

y la poca vida

se nos va en solo posar. 

 

***

 

Los hijos de Yoko Ono

Caminó un augurio

por el mercado

            buscando alivio,

                        o un conjuro:

un vendedor le dijo

que la fórmula

salvaba afonías

mientras cerraras

los ojos,

y vieras que el mundo giraba;

el augurio usó la fórmula

salvando todo

pulcro e instantáneo,

                        con la triste certeza

que degradaría su efecto,

que estaría destinada

a volverse placebo,

una canción descompuesta ,

un calendario para días

alternativos y contados,

más que cura fue medicina,

más que respuesta

filosofía excedente …

            con el tiempo

el augurio se volvió un huracán,

            un mal profeta

y un comerciante de fórmulas,

reprodujo el fruto,

ya la gente se sabía

de memoria la receta,

            el huracán vuelto moda,

            parió descendencias,

            una estirpe cuesta abajo,

que vender salvaciones

se volvió familiar,

            latas con aire al más caro precio,

            voces cacofónicas,

una rebelión en blanco

que estaba en todo…

en todo, menos en la acción,

            y en salvar al planeta,

al futuro

o a la estética. 


***

Hay un bebé gigante

 

Está llorando en resina,

su llanto es silencio

suspendido en un cuarto

de cinco paredes,

me mira sollozo,,

fijo y con

suspiro hiperrealista,

me mira australiano,

un bebé gigante

que me observa.

Pero mi llanto

inverso,

cae del suelo

a mis ojos no esculpidos

en moldes ópticos;

tan lejos de sus ojos gigantes,

con un dolor

de las mismas magnitudes,

y aunque sin ficha técnica,

pero de la misma realidad.

León Cuevas
México, 1985

Estudió Artes Visuales en la UAEH. Estudió también el diplomado en Escritura Creativa en la Escuela de Escritores de SOGEM. Cursó la maestría en Apreciación y Creación Literaria en Casa Lamm. Tiene estudios de doctorado en Investigación y Creación Literaria en género de Novela. Sus cuentos, poemas, reseñas y entrevistas se han publicado en diferentes medios de México, España, Uruguay y Suiza. Ganador del Concurso de Cuento Corto Rayo, de la Escuela de Escritores de Sogem (2016). Autor de la obra teatral Las seis muertes de Ofelia (2016). Ilustrador y coautor de la novela Trampas, de Agustín Cadena (2018). Autor de los poemarios Sal de alacrán (2019), Escala en un NO lugar (2021), Un umbral para la taiga (2022), Intimidad pública (2023), El simulacro inquietante (2025). Actualmente es profesor de Literatura en CEDART Luis Spota Saavedra y en CEDART Frida Kahlo.