Revista Anestesia

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Micro literatura

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   Minificciones e hiperbreves

Por Gabriel Ramos

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Al hablar de minificciones frecuentemente se mencionan los diversos nombres que le han adjudicado: cuentículo, cuentito, cuento breve, cuento brevísimo, cuento jíbaro, cuento mínimo, cuento ultracorto, ficción mínima, microcuento, micro-cuento, microficción, micro-relato, microrrelato, minicuento, relámpago, relato hiperbreve, relato liliputense, relato vertiginoso, retazo, textículo, ucronía, varia invención, por solo enlistar las más frecuentes. De todas, la más utilizada es minificción (durante el Primer Encuentro Internacional de Minificción, realizado en la Ciudad de México en 1998, se acordó utilizar este término para hacer referencia a todas las variantes existentes); también se ha abierto la polémica sobre si es o no un género literario: hasta el momento va ganando la primera opción: la minificción ya se le considera un género independiente del cuento y de otros géneros y finalmente también se comentan y describen sus características, entre muchas otras: intertextualidad, la necesidad de un lector cómplice, el final no conclusivo, el humor, la diversidad, la fractalidad y la más aludida: la brevedad.

 

Pero como todos sabemos que la brevedad es subjetiva, se puede considerar “breve” un relato de tres páginas, así como también uno de menor extensión o aquel que está escrito solamente en algunas líneas o palabras, por lo que hay que ser muy cuidadosos con esta característica las definiciones que de ella han hecho y sus posibles implicaciones.

 

Actualmente en las minificciones muy breves se utiliza como medida arbitraria el número de palabras, por lo que en los concursos literarios podemos observar que se invita a participar con minificciones de un determinado número de palabras, sin incluir el título. Pero lo realmente correcto es contabilizar también el título, ya que éste y el texto forman una unidad indisoluble. El primero cumple una función de focalización y, al hacerlo, completa el significado total de la composición literaria.

 

En algunos estudios se ha encontrado que la frontera de los textos muy breves se encuentra alrededor de 20 palabras, esto es, minificciones que escritas con más o menos de 20 palabras tienen diferencias significativas. A estas últimas son a las que se les ha conferido la denominación de hiperbreves. Lo anterior, se entiende si interpretamos los prefijos micro- y mini- como referencias directas a la “brevedad” (microrrelato o minificción), mientras que el término hiperbreve puede interpretarse como sinónimo “de brevedad extrema”.

 

Básicamente, la diferencia a que se refiere lo anterior depende de la rapidez contenida en la narración. Esa rapidez o velocidad produce una sensación de inmediatez: anula la expectativa sobre “qué va a ocurrir después”, pues lo poco o mucho que se presenta ocurre de manera simultánea, de manera vertiginosa, como un relámpago, frente a los ojos del lector. Si reservamos el término de hiperbreve para los extremos de brevedad, podríamos apreciar mejor lo que se ha dado en llamar la pirámide de la narratividad, en donde encontraremos de  abajo a arriba lo siguiente:

 

Ciclo novelístico

Novela

Novela breve o nouvelle

Cuento

Cuento breve

Minificción

Hiperbreve

Nanorrelato (historias en su mínima expresión, tienen un máximo de diez palabras).

 

Después de estos comentarios generales sobre las minificciones, les presento doce minificciones de mi autoría sobre el fabuloso mundo del circo: seis hiperbreves o menores de 20 palabras y 6 que van de 21 a 28 palabras.

 

Promesa (13 palabras)

El equilibrista ofrece matrimonio a la amazona, asegurándole una vida sin sobresaltos.

 

Valores (16 palabras)

El hombre fuerte capaz de destrozar barras de metal, es incapaz de romper una promesa.

 

Caracteres (16 palabras)

Los tres payasos: “Valiente”, “Divertido” y “Tierno” son hermanos, pero fueron engendrados en diferentes momentos.

 

Emergencia (17 palabras)

El mago ante la caída de la trapecista, saca de su chistera una ambulancia con paramédicos.

 

Doble disciplina (18 palabras)

Las bailarinas aéreas Polonia y Francia, además de hacer poesía en movimiento, escriben cuentos y novelas.

 

Actividades complementarias (19 palabras)

Estrella ejecuta malabares sobre un monociclo a la perfección. En casa hace lo mismo con los gastos.  

 

 

 

Adivinación (21 palabras)

El anunciador consulta con la adivina cual será el aforo y cancela la función. Solo iban a asistir siete personas.

 

Contextos (22 palabras)

El domador de leones es único en someter a las fieras a su voluntad. En casa la experta es su esposa.

 

Flexibilidad (23 palabras)

La contorsionista logra entrar en el cilindro de cuarenta centímetros de diámetro y sesenta de largo, después desaparece. Era un hoyo negro.

 

El gran truco (24 palabras)

El mago llevaba años perfeccionando su acto y esa noche lo estrenó: movió su varita y llenó la carpa de personas.

 

Distintas competencias (25 palabras)

Demostraba cada noche su habilidad equilibrando quince platos dando vuelta sobre sus palos, en solo un minuto. En casa tardaba quince en lavarlos.

 

Globo de la muerte (28 palabras)

Entraron seis artistas con sus motos. Alcanzaron tal velocidad, que por varios segundos únicamente se vieron ráfagas de luz. Al salir, solo eran tres.

librito

Diecinueve  microrrelatos que te van a impactar

Por: Gabriel Ramos Zepeda

16 Agosto 2019

Nota breve:

Los autores de este artículo son muy conocidos. En el caso de ser necesario identificar alguno, recomiendo buscar su biografía o datos en Internet, así ahorramos espacio para disfrutar de más microrrelatos.

Seguir leyendo…

16 Julio 2019

EL CIELO

Entrevista a Ángel Fabregat Morera

 

  1. Gabriel Ramos

 

AF: Ángel Fabregat

 

GR: Para escribir microrrelatos ¿qué te ha ayudado? ¿participaste en algunos cursos o talleres?

 

AF: -Sí. Hace unos años participe en un curso impartido por la profesora Montalbà Bori. Es la persona que ha escrito el prólogo de mi libro “El Cielo en Ruinas”. Un día descubrimos que éramos casi vecinos.

 

GR: ¿Podrías explicar el título de tu libro “El cielo en ruinas”?

 

AF: -En la vida al final todo se desvanece. Todo acaba siendo una ruina. Un vestigio en el tiempo. Solo el recuerdo del otro nos hace perdurar. El cielo es una metáfora del lugar soñado donde descansar eternamente junto a nuestras miserias.

 

GR: Si tuvieras que promover tu libro en tan solo dos líneas ¿qué les dirías a los lectores?

 

AF: -Leer el libro no os tomará mucho tiempo. La verdad es que respecto mucho el tiempo del lector. Pero, sinceramente creo que el lector no se sentirá decepcionado. Espero sus comentarios en la página del libro en Facebook (https://www.facebook.com/elcieloenruinas).

 

El libro os lo podéis descargar del siguiente enlace:

https://l.facebook.com/l.php?u=https%3A%2F%2Fwww.dropbox.com%2Fs%2Ftndsoxmk65uyzu5%2FEl%2520Cielo%2520en%2520Ruinas-Literatura%2520Breve.pdf%3Fdl%3D0%26fbclid%3DIwAR0pV_7GMFdZC7Dn4WHySk6xoD3K0fbDY2ygAfSKYP1xYBqwmKxO3-7THKsu0026amp;h=AT3lFMj-t7Np2Bb33QKLjaIOtOahQS2o3j3ooFsdhZx4N0h0rT_hAo0yBizuV8A2v7hltB6fvztBKsWYCH5Qih9rowL-E1JrtRj05l1Lp_i_vZ-BZD4fT0bxkOzNmBYTS_rExw

 

GR: ¿Cuáles son los temas que predominan en tu libro?

 

AF: -La desigualdad, el amor, el desamor, la amistad, la muerte, la superación, las relaciones humanas, el paso del tiempo, etc.

 

GR: En tu proceso de escritura ¿qué utilizas más: la realidad o la ficción?

 

AF: -Me gusta mezclar ambas.

 

GR: ¿Utilizas tus vivencias y experiencias para escribir? ¿En qué medida?

 

AF -Apenas las utilizo. Mi vida de momento es bastante placentera. Pero todo llega. Las perdidas están por llegar. No me libraré de ellas. Tarde o temprano hay que aprender a perder seres queridos, por ejemplo.

 

GR: ¿Todos tus microrrelatos son breves, además de esta característica que porcentaje de ironía, humor y ambigüedad o de otros elementos utilizas?

 

AF: -Los ingredientes básicos son la ironía y un toque de humor. El doble sentido de las cosas también suelo usarlo para dar un cierto toque de ambigüedad. Digamos que un 50, 30 y 20, respectivamente. La ironía me encanta… como diría Chandler “Cuando más dura la ironía, menos enérgico tendrá que ser el modo en que se lo diga”.

 

GR: Respecto a los finales de tus microrrelatos ¿era tu intención dejar que el lector formara sus propias conclusiones? ¿utilizas finales sorpresivos?

 

AF: -Pienso que cualquier muestra de arte debe intentar mover algún sentimiento. El microrrelato como la poesía debe intentar impactar en la línea de flotación del lector. No es fácil conseguirlo.

 

GR: De los que has escrito: ¿cuál es tu microrrelato favorito?

AF: -El que está en la página 23 del libro:

 

EL RELOJ DE ARENA

 

Hubo un hombre que amaba tanto a su mujer que el día que murió hizo incinerarla y luego puso sus cenizas en un reloj de arena. Todos sus allegados le preguntaban el porqué de tal locura, a lo que él siempre respondía:

 

—Quiero seguir pasando las horas con ella.

 

GR: ¿Cuál es tu microrrelato favorito de otros autores?

 

AF: -El “El drama del desencantado” de Gabriel García Márquez.

 

El drama del desencantado

 

…el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

 

GR: ¿Cómo te imaginas al microrrelato de aquí a cinco años?

 

AF: -Considero que irá ganando adeptos.

 

GR: ¿Qué proyectos actuales y futuros sobre el microrrelato tienes?

 

AF: -Espero que dentro de unos cuatro años tener la ilusión de publicar otro libro de microrrelatos que ya tengo empezado.

 

GR: ¿Tienes alguna recomendación para los nuevos escritores que quieren abrirse paso en este mundo literario?

 

AF: -Leer y navegar por blogs sobre el género. Y cuando se tenga en mente una historia inquietante… plasmarla en un papel. Luego buscar lectores donde los hay para difundirla. Estas cosas hay que compartirlas y hoy en día es más fácil hacerlo.

 

GR: ¿Cuál consideras que es la extensión máxima para un microrrelato?

 

AF: -Diría que 350 palabras.

 

GR: ¿Quiénes son en tu opinión los principales referentes del género en tu país?

 

AF: -Juan Ramón Jiménez, José María Merino, Max Aub, Patricia Esteban Erlés, Espido Freire, etc.

 

GR: ¿Cómo y desde cuando nació tu pasión por el microrrelato?

 

AF: -Desde que leí la antología de Clara Obligado ‘Por favor, sea breve’ publicado por Páginas de Espuma. ¡Qué ilusión me haría figurar algún día en alguna de sus antologías!…

 

GR: ¿Cómo escribes un microrrelato?

 

AF: -A partir de un destello imaginativo.

 

GR: ¿A qué se debe el éxito del microrrelato en la sociedad actual?

 

AF: -A que son relatos que toman poco tiempo de lectura y en pocas palabras contienen la profundidad de una gran historia.

 

GR: ¿A quiénes reconoces como tus influencias literarias en este género?

 

AF: -Gabriel García Márquez, Juan José Arreola, Marco Denevi, Ana María Shua, José luis Borges, Julio Cortázar, etc (seguro que me dejo alguno)

 

GR: ¿Crees que el microrrelato se volverá la alternativa literaria para nuestra sociedad más allá de la poesía, del cuento más extenso y la novela?

AF: -Creo que el microrrelato y la poesía/prosa poética van muy de la mano. El lector tiene que poner bastante de su parte. Además de tener en común el impacto sobre el leyente.

 

Liga de Ángel Fabregat en Wikipedia:

 

https://es.wikipedia.org/wiki/Àngel_Fabregat

 

Nota sobre el libro de Ángel Fabregat:

 

http://citaenlaglorieta.blogspot.mx/2015/08/el-cielo-en-ruinas-libro-de.html

 

En este sitio también pueden descargar gratis el libro de referencia.

gabr

16 Junio 2019

mini invacion

Mínima invasión

Por: Gabriel Ramos

Médicos escritores ficcionando

(epub y pdf gratuito)

En la literatura podemos encontrar a escritores de diversas profesiones que se agrupan para realizar trabajos conjuntos. En esta ocasión nueve médicos mexicanos se unen para presentarnos este libro. Lo prologa Antonio Cruz, médico generalista argentino.

 

Entre los médicos más conocidos que se han dedicado a la escritura creativa podemos destacar a Pío Baroja, Antón Chéjov, Arthur Conan Doyle, François Rabelais, Friedrich Schiller; y a los mexicanos, Manuel Acuña, Enrique González Martínez, Mariano Azuela, Elías Nandino y Ruy Pérez Tamayo.

 

La selección y compilación del libro estuvo a cargo de José Manuel Ortiz Soto, médico por la UNAM, con especialización en Pediatría y Cirugía Pediátrica, que desde hace décadas se dedica a la narración y la poesía.

 

El nombre de la antología, “Mínima Invasión”, me causó curiosidad e investigué su significado: abordaje quirúrgico en el que se respetan al máximo la integridad de los tejidos. Este tipo de intervención permite, mediante incisiones mínimas, la visualización directa de estructuras anatómicas, órganos localizados en cráneo, tórax, abdomen, pelvis y articulaciones; con el mismo cuidado que los autores diseccionan los temas que abordan en sus breves ficciones.

 

Los escritores presentes en el libro son: Rubén García García, Diana Raquel Hernández Meza, Hilario Martínez Arredondo, Oscar Antonio Martínez Molina, José Manuel Ortiz Soto, Alfonso Pedraza Pérez, Víctor Hugo Pérez Nieto, Elizabeth Pérez Ramírez (a) Gremlin y Paola Tena.

Antes de concluir, los invito a que lean lla siguiente selección de minificciones.

 

Alzheimer

De Rubén García García

Esa noche terminó de leer el libro del olvido, en el último instante las palabras jugaron como niños. Las luces se hicieron mortecinas y sobrevino el silencio, la oscuridad; los ojos veían sin ver y el alma dejó de tener sentido.

Buenas nuevas

De Diana Raquel Hernández Meza

Para Ian; te amamos, pequeño

Un ratón ha nacido en Hamelin, fue anunciado con fanfarrias por todo el reino. A partir de hoy, dice el alcalde, el flautista tocará canciones de cuna todas las noches.

 

Sarcasmo

De Hilario Martínez Arredondo

Cuando el caricaturista lo vio acercarse, pistola en mano, se lamentó no haber hecho a su boceto menos cruel y despiadado.

Laberinto intrincado

De Oscar Martinez Molina

Preguntaron a un sabio cuál era, según su parecer, el laberinto más intrincado y difícil que un hombre puede enfrentar. Recordó aquellos pasajes literarios y descriptivos de los impresionantes laberintos ingleses, cubiertos de follaje en donde reyes y príncipes se jugaban el trono. Se asomaron también a su mente los intrincados recovecos mencionados en las obras árabes. La imagen del desierto, claro está que sin ninguna sola pared ni surco, encierra al hombre que vaga perdido en aquella inmensidad. El sabio cerró los libros, entornó la mirada al infinito, y dijo, a modo de respuesta:

—Los ojos de una mujer. Esa entrada al laberinto en la que el hombre, infeliz, se enreda y se pierde a cada paso.

 

El placer de la carne

De José Manuel Ortiz Soto

Lo despertó el bullicio de fiesta. Infinidad de gente disfrazada había convertido las calles de la ciudad en una enorme pista de baile. Desde lo alto de la iglesia y algunos edificios de gobierno, una lluvia de cohetes y bengalas salpicaba el cielo de truenos y luces multicolores. Cerró la ventana y fue a acostarse. Aquello era demasiada alegría inútil, aun para un joven fantasma como él.

Desengaño

De Alfonso Pedraza

Me citó muchas veces. Me llamaba con el brazo extendido, se ofrecía. Alabó mi figura y le creí. Enceguecido de emoción iba a su encuentro; él me tentaba con algún roce fugaz antes de alejarse con altivez. Ahora, rendido, entregado, descubro su intención real y corro hacia él con rabia, decidido a todo, pese al estoque que brilla en su mano.

Última tarde

De Victor Hugo Pérez Nieto

La anciana quedó sola. Dejó salir al viejo mastín como todos los días y éste no regresó. Entendió que era hora: puso flores en el jarrón, luego abrió el gas. Esa noche se encontrarían en un lugar secreto, más espacioso que su apartamento.

 

Carta al purgatorio

De: Elizabeth Pérez Ramírez (a) Gremlin

Leonardo:

Como eres un genio de las matemáticas te preguntarás que haces ahí, si según tus cálculos ya has cumplido tu tiempo de penitencia. Pues bien, he hecho uso de mis influencias. Te hemos perdonado el descuido para realizar algunas de tus obras dejándolas inconclusas, haber ideado máquinas de destrucción, tu enorme vanidad y el desmesurado orgullo, incluso el trato con cadáveres, tomando en cuenta que los resultados de esto último beneficiaron a muchos.

Lo que no te perdono es que durante siglos la humanidad ha estado intrigada con la figura a mi derecha en “La última cena”, derramando ríos de tinta acerca de su identidad. ¿Y yo? ¡En segundo plano por culpa de tus ambigüedades!

Lo siento. Sé que debo perdonar, pero me digo que fui hombre y tengo debilidades; algún día lo lograré y te traeré ante mi Padre. Mientras tanto, ten paciencia como la he tenido yo.

Jesús

 

La vida entera

De Paola Tena

La bala abandonó el cañón del fusil, y mientras avanzaba lenta hacia el condenado, le dio tiempo de huir ayudado por el pequeño grupo de rebeldes junto a los que se había levantado en armas. Se escondió en una aldea cercana, raptó a la ahijada del cura y lo obligó a casarlos, después de jurarle amor eterno. Escaparon montados en el caballo robado al alguacil y pasaron por campesinos en un pueblo donde no les hicieron preguntas. Le pusieron una azada en una mano, pero con la otra cogió un saco de monedas de oro que encontró bajo el colchón de la viuda dueña de la finca, y se pagó el barco hacía el otro continente, donde fue traficante de esclavos. Se enamoró de una mulata fuerte que lo llenó de hijos a los que les contaba historias increíbles de guerra y sangre, y murió de viejo en los brazos oscuros de su mujer, casi sin sentir la bala que le atravesaba limpiamente la frente, mientras el pelotón de fusilamiento lo veía caer, con una sonrisa en los labios, viviendo lo que no iba a ser.

 

Formas de adquirir el libro electrónico de manera gratuita:

 

https://issuu.com/andresgalindo8/docs/mi_cc_81nima_20invasio_cc_81n

 

https://itunes.apple.com/mx/book/m%C3%ADnima-invasi%C3%B3n/id1296628108?mt=11

 

FICHA TÉCNICA:

Mínima invasión
Varios autores. Selección y compilación de José Manuel Ortiz Soto ArteSanoDigital
Ciudad de México

Octubre de 2017

70 páginas

Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International (CC BY-NC-ND 4.0)

Usted es libre de compartir, copiar y redistribuir el material en cualquier medio o formato.

16 de Mayo 2019

licuadora

Entrevista a Adriana Azucena Rodríguez realizada por Gabriel Ramos

GR: Sabemos que eres doctora en Literatura Hispánica  y Profesora-investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en la Facultad de Filosofía y Letras y que has escrito varios libros, pero para escribir microrrelatos ¿qué te ha ayudado más? ¿Has participado en algunos cursos o talleres?

AAR: Definitivamente, llegué a la minificción desde las clases de literatura: en los primeros semestres, leí a Julio Torri, Augusto Monterroso, Cortázar. Mientras, escribía poemas y algunas historias —muy malos, claro—; descubrí que quería escribir como ellos —soberbia juvenil—. No asistí a talleres hasta el año pasado: cuando tenía tiempo no tenía dinero y cuando tenía dinero no tenía tiempo —es la historia de mi vida. Sin embargo, siempre pido a mis amigos —casi todos colegas de letras— que lean mis escritos; confío en sus observaciones y corrijo mucho antes de publicar.

GR: “La sal de los días” ofrece una minificción por cada uno de los 365 días del año, más uno por ser año bisiesto. ¿Cómo lograste tal cantidad de minificciones? ¿Cuál fue la metodología que utilizaste?

AAR: Durante el proceso de edición del libro anterior Postales (mini-hiper-ficciones), de 2012, ya había vislumbrado un proyecto más amplio sobre el tiempo, los ciclos en que organizamos nuestras vidas. Así que dediqué a este libro casi cinco años: varias horas de lectura y escritura diarias; investigación sobre biografías, acontecimientos históricos, fiestas, días internacionales, etcétera.; incluso, abrí una cuenta de Twitter (@adrix_art) para acondicionar mi escritura a la brevedad. Cada tanto, revisar y eliminar textos que no me convencían. Y empezar de nuevo.

GR: Si tuvieras que promover tu libro en tan solo unas líneas ¿qué les dirías a los lectores?

AAR: Ustedes ponen el limón y el tequila; yo, la sal de los días.

GR: Los temas que predominan en este libro son: santos, autores fantasmas, festividades nacionales e internacionales. ¿Diseñaste las minificciones para conmemorar cada uno de los días?

AAR: La mayor parte, sí. Otras, son festividades que inventé: no hay, que yo sepa, un “día del ritmo”, pero debería. Las minificciones sobre escritores no surgieron a propósito de un día: son mi homenaje particular, investigué la fecha de su muerte y ese fue su sitio.

GR: ¿Es tu libro un calendario, almanaque o efemérides?

AAR: Principalmente, es un libro de minificciones: microrrelatos, algún aforismo, falsas plegarias, encuestas. Y juego con la forma de esos almanaques, las agendas que traen un pensamiento para cada día, los santorales.

GR: Para realizar tus minificciones ¿te apoyas en las noticias de los periódicos?

AAR: No. Todo lo contrario: Iliana Rodríguez Zuleta (@ilianazuleta) realizaba, al mismo tiempo, su cronopoesía, con textos basados en noticias, una especie de registro del presente convirtiéndose en pasado; mi libro está, más bien basado en los días pasados y su presencia en el presente.

GR: ¿Qué proporción de minificciones encaja exactamente en el día que se celebra y cuales son inventados?

AAR: A estas alturas, no recuerdo exactamente el número o la proporción, así que temo que dejaré otra tarea al lector.

GR: En tu proceso de escritura ¿qué utilizas más: la realidad o la ficción?

AAR: Ficción, definitivamente. Tal vez en La sal de los días el vínculo con la realidad es muy directo, pero se trata de una recreación en la que predomina la ficción. Y lo mismo aplica a toda mi obra creativa, desde La verdad sobre mis amigos imaginarios, de 2018 hasta El nacimiento de los héroes, mi novela inédita.

GR: ¿De dónde obtienes los temas que vas tratando? ¿Cómo surgen? ¿Qué es primero: el tema y luego la minificción o viceversa?

AAR: Los temas me eligen a mí. Ojalá supiera cómo. Luego vienen la anécdota y los recursos.

GR: ¿Cómo defines los títulos de tus minificciones?

AAR: La ventaja con este libro es que el título ya estaba “dado” por la fecha. Creo que hubiera enloquecido eligiendo 366 títulos.

GR: ¿Utilizas tus vivencias y experiencias para escribir? ¿En qué medida?

AAR: Creo que todo es vivencia personal: no tanto biografía. Es decir, al escribir, uno tiene que prestarle su cuerpo y conciencia al personaje: pensar y sentir como él, apropiarse de sus recuerdos, de su momento histórico-social. No sé. Al final, la vivencia de mi personaje es un poco mía.

GR: ¿Todos tus microrrelatos son breves?

AAR: No, pero en este libro sí tenían que ser realmente breves, si quería que algún lector terminara de leer 366 cuentos algún día. Incluso, cuando ya estaba terminado, recorté mucho.

GR: ¿Qué porcentaje de ironía, humor, intertextualidad y ambigüedad o de otros elementos utilizas?

AAR: Creo que la literatura es, principalmente, un lenguaje plagado de recursos, incluso la ausencia de ellos es un recurso literario. Así que yo diría que un 100%.

GR: ¿Te gusta tocar temas políticos?

AAR: Me gusta tocar todos los temas y, como todo el mundo, tengo una opinión política y una serie de preocupaciones sociales; entonces, si alguna de esas opiniones o preocupaciones tiene posibilidades narrativas, la exploro desde esa posibilidad.

GR: Respecto a los finales de tus microrrelatos ¿era tu intención dejar que el lector formara sus propias conclusiones? ¿Qué tipo de finales utilizas en la mayor parte de tus minis?

AAR: La brevedad implica que el lector participe casi lo mismo que el autor. Me gusta el giro inesperado, pero no siempre es posible o necesario. La intertextualidad, a veces, obliga al lector a conocer el referente para dar sentido. Los formatos que imité también establecen la estructura y, por lo tanto, el final. Lo mismo se puede decir de las figuras retóricas.

GR: De este libro: ¿Cuál es tu microrrelato favorito?

AAR: No hay respuesta para esa pregunta —que le corresponde más al lector—; yo cambiaría mi respuesta cada cinco minutos.

GR: ¿Cuál es tu microrrelato favorito de otros autores?

AAR: Haré un ejercicio de Top 10: “A Circe” de Julio Torri, “Ágrafa musulmana en papiro de oxyrrinco” y “Cuento de horror” de Juan José Arreola, “Mi vida con la ola” de Octavio Paz, “Caricias” de Felipe Garrido, “Continuidad de los parques” de Julio Cortázar, “El trabajo No. 13 de Hércules” de Marco Denevi, “Rubén” de Luis Britto, “Fantasmas” de René Avilés y “Sueño #69” de Ana María Shua.

GR: ¿A quiénes reconoces como tus influencias literarias en el género de microrrelato?

AAR: Definitivamente, Julio Torri es una presencia constante por su manejo del lenguaje, la ironía, los temas y las referencias literarias. También Julio Cortázar y Juan José Arreola: son tan cordiales que hacen que escribir parezca fácil. Más tarde, Francisco Tario y sus historias sobre objetos cotidianos. De manera indirecta, Edmundo Valadés y El libro de la imaginación siempre tiene algo que decir. Y siempre se están sumando nuevos autores de quienes aprender.

GR: ¿Cómo te imaginas al microrrelato de aquí a cinco años?

AAR: Creo que lleva una trayectoria ascendente en Hispanoamérica y en España. En México, las editoriales se han consolidado, Ficticia ya es un referente del género y “Ficción exprés”, ya como la colección dedicada al microrrelato, es algo que no hubiera imaginado hace unos diez años. Ya contamos con el Encuentro Iberoamericano de Minificción Juan José Arreola y el Premio del mismo nombre. Y el Coloquio de Minificción de la Facultad de Filosofía y Letras. Creo que el género seguirá esa tendencia.

GR: ¿Qué proyectos actuales y futuros sobre el microrrelato tienes?

AAR: Quiero terminar una serie de ensayos sobre este género: me interesa mucho la cuestión técnica de su escritura, las particularidades de ciertos autores, en fin, me interesa estudiarlo y lo he hecho casi simultáneamente a la escritura. Aún no sé cómo será el próximo proyecto: estoy escribiendo de un modo más libre, diría que apenas son unos apuntes.

GR: ¿Tienes alguna recomendación para los nuevos escritores que quieren abrirse paso en este mundo literario?

AAR: Escribir minificción es una labor que no es fácil (aunque lo parezca). Por supuesto, lo primero es leer muchas horas al día, hasta hallar a los autores que consideren sus modelos a seguir. Recomiendo obligarse a ver los objetos, las personas, las situaciones, como si fuera la primera vez. Experimentar con todas las formas de lenguaje que se le presente: whatsapp, recetas de cocina, anuncios comerciales, etcétera. Asistir a talleres siempre ayuda (lo descubrí tarde), pero es necesario dar con el que provoque ganas de escribir, aprender y, claro, ganas de compartir lo que se escribe con otros talleristas (no es obligatorio que sean simpáticos, pero sí respetuosos). Estar al pendiente de la ortografía y la sintaxis. Con eso se puede empezar.

Breve semblanza:

Ciudad de México, México, 1973. Doctora en Literatura Hispánica por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de El Colegio de México. Profesora investigadora en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en áreas de teoría y creación literarias. Autora de libros de teoría y crítica como Las teorías literarias y el análisis de textos (UNAM, 2016) y de creación: La verdad sobre mis amigos imaginarios (Terracota, 2008), De transgresiones y otros viajes (Samsara, 2012), Postales (mini-hiperficciones9) (Fósforo, 2013) La sal de los días a sal de los días (Ficción-express, 2017) y el más reciente El infierno de los amantes (Editorial: Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2017).

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16 de Abril 2019

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Las musas perpetúan lo efímero (Editorial Micrópolis, 2017)

Antología de microrrelatistas mexicanas

Por Gabriel Ramos Zepeda

 

La Editorial Micrópolis publicó en el 2017 una magnífica antología de minificciones bajo el título Las musas perpetúan lo efímero”, edición de Gloria Ramírez Fermín, estudiosa de la minificción, el microrrelato y la literatura de vanguardia que ha participado en diversos congresos sobre estos géneros y publicado artículos en México, España, Perú y EU.

 

La singular antología, que agrupa solo escritoras mexicanas, incluye una presentación y un prólogo de Gloria Ramírez, en donde, entre otros datos señala que “el proyecto surge de la necesidad de visualizar la creación de un grupo de autoras –unas ya reconocidas y otras emergentes- cuya literatura se rige por los conceptos del microrrelato o se aproxima a la experimentación y la brevedad.

 

La selección está formada por veintisiete autoras Sylvia Aguilar, Maritza M. Buendía, Judith Castañeda, Carmen Carrillo, Gabriela Conde, Cecilia Eudave, Azucena Franco, Úrsula Fuentesberain, Mónica Gameros, Victoria García Jolly, Dina Grijalva, Diana Raquel Hernández, Angélica Jiménez, Queta Navagómez, Amelie Olaiz, Citalli Ordaz, Liliana Pedroza, Elizabeth Pérez, Marcia Ramos, Cristina Razcón, Brenda Ríos, Cristina Rivera Garza, Adriana Azucena Rodríguez, Angélica Santa Olaya, Paola Tena, Yumi Uchisato, Magaly Velasco y Laura Elisa Vizcaíno.

 

    “Las musas perpetúan lo efímero” es un trabajo muy elaborado que cuida todos los detalles, y supone, en fin, un exquisito muestrario de minificciones escritas por mujeres contemporáneas.

 

El libro lo pueden adquirir dirigiéndose a la editorial a: info@editorialmicropolis.com o en la Web: http://editorialmicropolis.com.

 

Antes de concluir, les invito a que lean cuatro minificciones que incluyen en el libro. El total de textos es de 81 debido a que cada autora participó con tres textos:

 

Multitud (Carmen Carrillo. Monterrey, Nuevo León, 1975)

Miro tu ojo y encuentro en él mi reflejo. Tú miras mi ojo y en él encuentras tu reflejo. Y esos otros reflejados en nuestras pupilas descubren a su vez que hay otros iguales a ellos reflejados en sus ojos. Y yo que creí que sólo seríamos tú y yo.

Bodegón (Diana Raquel Hernández. Ciudad de México, 1985)

Mientras su hermano le hace sexo oral, ella habla del libro de Boris Vian que acaba de leer. Hubo un tiempo en que los dos corrían por la casa, conversando de cosas intrascendentes.

Desierto (Liliana Pedroza. Chihuahua, 1976)

Aquel día en que aseguró haber visto doscientas ballenas azules nadie le creyó, pero tampoco supieron explicarse cuando al buscarla la mañana siguiente, en la frontera entre el desierto y el asfalto, encontraron de ella solo su ropa mojada con agua de mar.

Elección natural (Elizabeth Pérez. Las Chopas, Veracruz, 1976)

Digámoslo de este modo: las reglas sociales no me permiten ser asesino en serie, ergo, me hice neurocirujano.

 

FICHA TÉCNICA:

Las musas perpetúan lo efímero
Varias autoras. Edición de Gloria Ramírez Fermín
Editorial Micrópolis E.I.R.L.

Lima, Perú

Julio de 2017

157 Páginas

I.S.B.N.: 978-612-46004-7-7

Tiraje 200 ejemplares

 

 

 

 

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Manu Espada

Entrevista realizada por Gabriel Ramos Zepeda

16 Marzo 2019

 

Video de un microrrelato de Manu Espada:

https://www.youtube.com/watch?v=7vKKiKGzYnk

GR: ¿Para ti está bien el término “minificción”? ¿Lo consideras correcto o prefieres otro?

ME: El término minificción es un término genérico que se compone de dos partes. La primera se refiere al tamaño breve (mini) y el segundo al género de la ficción, por lo tanto es una palabra que englobaría tanto a los cortometrajes de cine (breves y de ficción) como a cualquier historia de ficción corta, como un cómic de corto recorrido. Por eso creo que el término específico para referirnos al género literario es el de “microrrelato”, porque ni es un relato, ni es un cortometraje. “Microrrelato” es la palabra que más se ajusta a los textos que nos ocupan.

GR: ¿En tu opinión cuáles son las características fundamentales de un microrrelato?

ME: Las características del microrrelato son básicamente tres: La brevedad, más o menos un folio como máximo, la narratividad, porque tiene que contar una historia y no quedarse en la mera estampa, y la elipsis, una característica necesaria para poner contar historias en pocas palabras.

GR: ¿Cuál consideras que es la extensión máxima para un microrrelato?

ME: La extensión puede variar porque en realidad es el sentido común el que te dice que estás ante un microrrelato o ante un relato largo, pero quizá lo más ajustado sea un folio como máximo.

GR: ¿Quiénes son en tu opinión los principales referentes del género en tu país?

ME: Ana María Matute fue una pionera con “Los niños tontos” y Max Aub con “Crímenes ejemplares”, y después vinieron Javier Tomeo, José María Merino a Juan Pedro Aparicio. En la autoridad hay un gran puñado de buenos escritores de microrrelatos como Miguel Ángel Zapata, Jesús Esnaola, Rosana Alonso, Lola Sanabria, Eva Díaz Riobello, Isabel González, Teresa Serán, Isabel Wagemann, Víctor Lorenzo, Agustín Matínez Valderrama, Mar Horno, Pedro Sánchez Negreira, Arantxa Portabales, Beatriz Alonso, y muchos más.

GR: ¿Cómo y desde cuando nació tu pasión por el microrrelato?

ME: Cuando comencé a trabajar en la radio, en un programa de Radio 3, de RNE. Ahí empecé a escribir microrrelatos hace casi 20 años, un género que va como un guante a la radio, porque es lo suficientemente breve e intenso para el formato radiofónico y a demás lo puedes acompañar de músicas, efectos, sonidos y voces.

GR: ¿Cómo escribes un microrrelato?

ME: Primero suelo tener la idea, luego elaboro un esquema, más tarde relleno con el texto el esquema y por último lo pulo todo y estudio si puedo ponerle un “traje”, es decir, si puedo presentar la historia de una manera visual.

GR: ¿A qué se debe el éxito del microrrelato en la sociedad actual?

ME: Creo que el boom de los microrrelatos vino con el formato blog, porque es un género que se adapta muy bien a los post, escritos cortos que te permiten leer en la pantalla sin cansarte. Con la desaparición paulatina de los blog, las redes sociales han sostenido en cierto modo aquel boom, pero también han perjudicado la imagen del género al considerarlo por parte de algunos críticos algo frívolo ante la cantidad de textos publicados, muchos de dudosas calidades.

GR: ¿A quiénes reconoces como tus influencias literarias en este género?

ME: Más que a autores en concreto, mis influencias han sido libros y páginas web en las que descubrí textos maravillosos. La primera influencia fue la página web del concurso del Círculo Faroni, la segunda fue la antología de Clara Obligado “Por favor, sea breve”. Otras dos grandes influencias fueron Borges y Cortázar, posteriormente Ana María Shua.

GR: ¿Crees que el microrrelato se volverá la alternativa literaria para nuestra sociedad más allá de la poesía, del cuento más extenso y la novela?

ME: No creo que se vuelva alternativa a otros géneros, sino que creo que pueden convivir perfectamente, del mismo modo que lo han hecho hasta ahora poesía, cuento y novela. Hay hueco para todos.

 

 

Manu Espada. Es licenciado en Periodismo y máster en radio, desde el año 2000 y trabaja como guionista en programas de ficción y entretenimiento en varias cadenas de televisión. Ha filmado y llevado a las tablas su obra “El tercer día” (2007) y publicado los libros de narrativa breve “El desguace” (2007), “Fuera de temario” (2010), “Zoom, ciento y pico novelas a escala” (2011) y “Personajes secundarios” (2015). En la editorial Talentura publicó su manual de escritura creativa “Las herramientas del microrrelato”. Entre otros premios, ha obtenido el de Relatos en Cadena, de la SER, y el Certamen de Microrrelato de la revista Eñe. Es el autor del blog “La espada oxidada” (manuespada.blogspot.com.es).

 

Definición de Microliteratura, por si hace falta incluirla.

La microliteratura es una suma de géneros narrativos, poéticos y ensayísticos caracterizados por la brevedad tales como el haiku, la fábula, la parábola, el aforismo, el refrán, el eslogan, la greguería, el microrrelato, el fotopoema, la twitteratura y el nanorrelato. La extensión máxima de sus textos es de una página. La mínima, no tiene límite.

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