Agosto 2021
Soluciones pasajeras
Autora: Karla Barajas
El propósito del Daruma era vigilar que el chico con el hábito de retrasar actividades terminara su objetivo. Se pasó años acosando al procrastinador con su único ojo, recordándole que debía estudiar. Cuando el ingrato se graduó de la universidad, ni siquiera le ayudó a obtener el otro ojo.
—Te lo pinto más tarde —prometió el graduado, que pensaba en su año sabático y dejó tuerto al Daruma.
Allá estarán mejor
Autora: Karla Barajas
Enseñé a mis hijos a esconderse bajo la cama si escuchaban balazos. Les gritaba “¿Jugamos a las escondidas?” y se metían rápido, calladitos.
En uno de esos días en que llovían balas, me quedé bajo el mueble junto a ellos. Me dio una especie de parálisis temporal, me dolía el estómago y me sentía mojada. Intentaba mover la cabeza, estaba inmóvil. Pensé que habían herido a uno de ellos y que en su desesperación me empujaba. Los oía llorar. Mi dolor era cada vez más intenso hasta que desapareció.
Cuando logré mover el cuello, me percaté que no eran mis hijos los que estaban cerca, había mujeres a mi alrededor, sin costillas y entre todas capturaban espíritus. Busqué a mis niños mientras me retenían, pero los escuché a lo lejos, en el mundo de los vivos y de las armas.